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No exagera Xavi cada vez que en la previa de un partido contra el Rayo Vallecano advierte del peligro del equipo madrileño. Cada vez que los catalanes se miden a los de la franja roja, lo pasan mal. Mucho más desde que está Andoni Iraola al frente.
El técnico guipuzcoano ha encontrado la manera de jugarle a los azulgranas, ha localizado su punto débil. Su balance en sus primeros cinco enfrentamientos con el Barcelona es poco habitual. Tres victorias, un empate y una derrota, esta en la Copa, hablan de lo bien que está haciendo las cosas en el Rayo el que fuera capitán del Athletic Club.
Y ya no es sólo una cosa del Estadio de Vallecas. Los madrileños han demostrado ser igual de problemáticos para el Barça tanto en su feudo como en el propio Camp Nou. Siempre que habla de este equipo, Xavi destaca su intensidad, la garra con la que brega cada balón y lo que le cuesta generar ocasiones a sus rivales. "No espero un partido brillante de mi equipo", apuntaba el egarense en la previa, sabedor de que le esperaba una visita al dentista.
Que el Barcelona sólo haya sido capaz de marcar un gol a este equipo en sus últimos cuatro enfrentamientos habla muy bien del trabajo defensivo de los de Iraola. Aunque estemos ante el Barcelona más unocerista de la historia, lo cierto es que los catalanes, pese a sus problemas de puntería crónicos, siempre han sido capaces de generar un buen chorro de ocasiones por encuentro. Eso no le pasa con este Rayo Vallecano, que parece tenerle la medida más que tomada.
Peligra el récord
Pero los problemas para el Barça no estuvieron sólo en su incapacidad de poner en problemas a Dimitrievski. El Rayo Vallecano logró anoche una de las cosas más difíciles esta temporada: hacerle goles a este Barcelona.
Los azulgranas se plantaban en Vallecas habiendo encajado sólo nueve goles en 30 jornadas. El miércoles por la noche les cayeron dos. El Zamora de Ter Stegen está totalmente fuera de peligro, pero lo de ser el equipo menos goleado de la historia ya empieza a ponerse complicado. Necesitan encajar sólo tres goles en los siete partidos que quedan para mejorar al Chelsea de Mou.