Tan solo seis minutos de la primera titularidad de Jordi Alba con la camiseta del Inter de Miami bastaron para que la factoría Messi-Alba volviese a producir un gol más. En esta ocasión, esta letal combinación entre ambos llevó a una recreación bastante aproximada de un gol que todo culé guarda en la retina.
En 2017 y con 2-2 en el marcador, Sergi Roberto encabezó un contragolpe que acabó sirviendo Jordi Alba en bandeja a Messi que puso el 2-3 y regaló una de las celebraciones más emblemáticas de la historia del fútbol. El 10 enseñó su camiseta al Bernabéu, mostrando, de alguna forma, que él, y solo él, era el rey del fútbol.
El pase atrás y la ajustada definición al primer palo de Messi son un calco en ambas acciones, separadas por seis años.