El discurso de Xavi al término del partido contra el Deportivo Alavés ha causado mucho revuelo. No han faltado periodistas que se hayan sentido ofendidos por las declaraciones del egarense. Unas palabras, las de Xavi, que también se pueden interpretar como un toque a sus jugadores. Al fin y al cabo, el entrenador del Barça habla de cómo le afecta a su plantilla lo que dice la prensa y el entorno, no de lo que se dice. El de Terrassa sabe que eso es algo que no se puede cambiar y forma parte de la idiosincrasia del club.
Por otra parte, en el vestuario son conscientes de que el catalán sabe de lo que habla. De hecho, en el entrenamiento de este lunes, el primero sin internacionales, se ha hablado del tema y se ha puesto un ejemplo de actualidad sobre la mesa para explicar el punto de vista del entrenador.
Se trata del lance entre Lewandowski y Lamine Yamal durante el partido del domingo. En el vestuario lo consideran un ejemplo más de la situación que se vive en el mundo Barça, en la que todo está observado con lupa.
Y, además, refuerza la idea de que los jugadores deben aprender a sobrellevar estas situaciones para sobrevivir en un club como este. Está por ver cómo digiere Lamine, un chaval de 16 años, la situación. No con Lewandowski, ya que desde el equipo aseguran que no hay ningún problema, sino a la hora de procesar que cualquier gesto o comentario que tenga durante un partido será observado con lupa. Es el precio de la élite.
