Entrenador nuevo y vida nueva en Cádiz. Los del Nuevo Mirandilla, que iniciaban su nueva andadura por Segunda División como uno de los máximos favoritos para el ascenso, pronto se dieron de bruces con la competitividad de la categoría de Plata y pasaron los primeros meses de competición en la parte baja de la tabla con un inicio nada ilusionante.
Los gaditanos terminaron la decimoctava jornada, la última con Paco López en el banquillo, en la decimonovena posición. Este hecho provocó que la directiva andaluza rescindiera al ex del Granada y contratase a Gaizka Garitano.
Con la llegada del preparador vasco los números del Cádiz han dado un giro de 180 grados. Mientras que durante los primeros 18 partidos el equipo era el cuarto peor de la competición y promediaba un punto por partido, 1,17 goles a favor y 1,55 en contra, con el ex del Eibar en el banquillo se duplican los puntos por encuentro, los tantos a favor cada 90’ aumentan a 1,66 y en contra disminuyen a 0,67.
Estadísticas que permiten a los gaditanos, teniendo sólo en cuenta los partidos dirigidos por Garitano, ser el cuarto mejor equipo de la categoría con doce puntos en seis jornadas. Los únicos clubes que mejoran a los andaluces en este tramo son Elche (14), Huesca (14) y Oviedo (12).
Al Cádiz le llueven las rojas
Una 'plaga' que preocupa y mucho. Comenzando por el partido contra el Eldense cuando Julio Cabrera fue expulsado por doble amarilla. Esta tendencia se repitió en los enfrentamientos ante el Elche (Brian Ocampo), Burgos (Fede San Emeterio) y Almería (Ontiveros), todos ellos por doble amonestación. El último caso se dio en el encuentro contra el Levante, donde Matos también vio la segunda amarilla. Y para cerrar esta racha, Diakaté fue expulsado directamente en el partido del lunes ante el Mirandés.
Esta racha ha permitido al Cádiz salir del descenso e incluso coger una distancia significativa con la zona roja de la tabla, que ya aventaja en seis puntos con respecto al Eldense, equipo que marca el descenso actualmente.
El otro extremo de la tabla, la zona privilegiada, en la cuál aspiraba a estar el conjunto gaditano al comienzo de la temporada, el último puesto de ‘playoff’ lo marca el Mirandés con 41, once más que los de Garitano.
Una distancia más que importante pero que, teniendo en cuenta el nivel y experiencia de los integrantes de la plantilla, y la buena dinámica en la que se encuentran permiten que haya un mínimo de esperanza.
Seguir con el objetivo
Además, el año pasado el Oviedo vivió una situación similar en la que con un cambio en el banquillo remontó nueve puntos a la sexta posición, aunque la sustitución de Cervera en el club azul fue mucho más temprana que la de Paco López.
Termine dónde termine el Cádiz esta campaña, Garitano ha conseguido en estos primeros partidos como entrenador amarillo el objetivo que expresó en una de sus primeras ruedas de prensa tras convertirse en técnico del club.
“Un equipo sólido y con responsabilidad defensiva”, dijo. Y es que cuando llegó los gaditanos sufrían muchos problemas para no encajar gol y en este tramo son el cuarto equipo que menos goles ha recibido, un hecho que les ha permitido sumar en todos los encuentros que han disputado con el vasco en el banquillo.
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