Se apellida Marina, pero en Ponferrada se graduó en el Ejército del Aire. De nombre Rodrigo y de profesión delantero como atestigua el 9 que luce a la espalda, le dio con dos cabezazos al Betis la primera Copa de Campeones juvenil de su historia para redimir a las pasadas dos generaciones verdiblancas, las que perdieron las finales de 2023 y 2024 ante Real Madrid y Atlético de Madrid. A la tercera, el Betis campeonó.
Como en semifinales ante el Deportivo, los de Dani Fragoso tuvieron que remontar. El Valencia se presentó en la final mucho más despierto que los verdiblancos y Aimar demostró que está maduro, tanto por altura como por talento, para cuando en el primer equipo le necesiten. Abrió el marcador en el minuto 7, cabeceando un centro de Otorbi, y fue el mejor de los suyos en el primer tiempo, protegiendo la pelota y lanzando a sus dos extremos con balones a la espalda de la defensa.
Tuvo el segundo Aimar, pero estrelló la bola en el palo dos minutos antes de que Lucas mandase una falta directa al larguero. Dos avisos, dos amenazas de 0-2 que el Valencia no concretó... y que pagó.
En el añadido del primer tiempo apareció en ataque Óscar Masqué para meter un centro perfecto al área que Rodrigo Marina cabeceó como si el balón le debiera dinero. La clavó en la escuadra y mandó a los dos equipos al vestuario con la cara cambiada. El Valencia se pasó 15 minutos recordando las ocasiones falladas y el Betis planificando el robo de la joya para los 45 que quedaban por jugar.
Otro martillazo de Marina y una obra de arte de Morante
La segunda parte empezó con un paradón de Raúl Jiménez a Pablo García para confirmar que sí, que el gol del Betis había cambiado algo en la mente de los dos equipos. El Valencia dejó de encontrar con facilidad a Otorbi y Leslie apenas apareció. Con los costados codificados y el Betis apretando, los balones que antes Aimar bajaba y protegía fueron cada vez menos.
Y entonces apareció Morante, sacando a pasear la zurda como un pincel que dibujó un centro maravilloso para que Rodrigo Marina lo encontrase en plancha y lo mandase al fondo de la red en el 63'. Diez minutos después volvió a desenfundar para sentenciar él mismo el título en una jugada que nació en un saque de banda y que, en dos movimientos, llevó hasta la portería. Primero dejó botar el balón para obligar al fallo al defensa. Después, con la pelota ya en su zurda, aparcó a su marcador y se plantó ante Raúl para batirle con una veteranía impropia.
El Valencia lo intentó, pero se había quedado sin gasolina y sin fe. Ese impulso final que encontró contra el Real Madrid en los últimos minutos de la semifinal no apareció en la final y el Betis gestionó la ventaja para firmar la redención y dar una alegría a la parroquia verdiblanca.
Ficha técnica
Real Betis: Manuel González; Masqué (Jan Montes, M. 82), Oreiro, Fabián, De Roa (Arenas, M. 77); Rica (Adrián, M. 71), Romero; Iván Corralejo (Mora, M. 71), Pablo García (Sosú, M. 82), Morante y Rodri Marina.
Valencia CF: Raúl Jiménez; Monferrer, Panach, Alós, Rubén Muñoz; Lucas Núñez (Alin, M. 82), Trigueros (Estévez, M. 72); Otorbi, Durá (Gamón, M. 64), Okai (Montes, M. 72) y Aimar Blázquez (Marc Martínez, M. 82).
Árbitro: Omar Álvarez Rodríguez (comité Castilla y León). Amonestó con tarjeta amarilla a Rubén Muñoz (M. 44), Monferrer (M. 95) por el Valencia.
Goles: 0-1, Aimar Blázquez (M. 6); 1-1, Rodri (M. 48); 2-1, Rodri (M. 63); 3-1, Morante (M. 72)
Incidencias: Final de la Copa de Campeones juvenil disputado en el estadio El Toralín ante unos 1.500 aficionados. La Copa de Campeones fue entregada por el Presidente de la Federación de Castilla y León de fútbol, Marcelino Maté.
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