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Visitar al Atalanta en Bérgamo siempre ha sido tarea de pieles duras. En los incontrolables años 80 y 90, más todavía. En su estadio, el Atleti Azurri d'Italia,donde el mundo ultra se manejaba con soltura, sucedían fenómenos extraordinarios. Uno legendario ocurrió el 8 de abril de 1990 en el partido Atalanta-Nápoles, la brigada de Maradona, Careca y Alemao.
A falta de cuatro jornadas el título era cosa de dos, el Milan de Sacchi y el Nápoles de Dios, un punto (las victorias valían dos puntos) por detrás de Van Basten, Maldini, Gullit y compañía. La visita a Bérgamo era un marrón para cualquier rival.
Un masajista muy astuto
El partido transcurría con pocas ocasiones hasta el minuto 75. Desde un fondo una moneda impacta en la cabeza del brasileño Alemao, el faro del mediocampo napolitano, que se duele aunque permanece en pie irritado por el episodio de violencia.
En ese momento llega como una flecha al césped Salvatore Carmando, masajista del Nápoles y único hombre autorizado a tocar los músculos de Maradona, quien se lo había llevado como cuidador personal al Mundial de México en 1986. Cerca mira el argentino Caniggia, estrella del Atalanta y compañero de selección de Maradona.
Carmando coge una gasa y habla reiteradamente a Alemao, que sigue en pie enfadado con la grada. El masajista se lleva a Alemao fuera del campo y le coloca con cuidado sobre el césped. Lo que no parecía muy grave ya cambia. En la gasa no se aprecia rastro de sangre, pero el festival ya ha empezado.
El reglamento en Italia dictaba que en incidentes similares se daba por perdido el partido al equipo responsable del lanzamiento. Alemao es trasladado al hospital para pasar allí un periodo de recuperación incalculable...
El Milan empata en Bolonia en un partido polémico y el Nápoles queda pendiente de la resolución. Al día siguiente la RAI emite unas imágenes en las que se aprecia al masajista diciéndole a Alemao "tírate, tírate al suelo". Las sospechas de farsa se extienden.
La defensa de Alemao
En el hospital de Bérgamo se señala que el futbolista llegó "plenamente consciente y en condiciones neurológicas absolutamente normales". Las pruebas no detectaron ninguna lesión. Alemao respondió a las críticas con un argumento familiar: "Fue después de algunos segundos cuando la cabeza empezó a darme vueltas. A los que dudan les respondo que mi mujer está embarazada y nunca se me habría podido ocurrir darle una preocupación similar de manera gratuita".
En mitad del escándalo y el ruido la justicia determina que el resultado del partido es de 0-2 a favor del Nápoles. La tabla está igualada. El Milan, indignado, pierde en la penúltima jornada en Verona por 2-1. El Nápoles suma tres victorias en las tres últimas jornadas y se alza con el segundo 'scudetto' de la era Maradona.
El estadio del Atalanta ahora se llama Gewiss Stadium por motivos publicitarios. El Milan sigue enfadado. La afición neroazzurra ya no es tan indomable, pero visitar al actual líder de la Serie A se mantiene como un envite de digestión dura.
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