CHAMPIONS LEAGUE

Nápoles-Real Madrid

Jude rinde homenaje a Maradona

Bellingham firma en Nápoles una actuación digna del eterno 10, asistencia y golazo, en un gran partido de Champions que revienta Valverde con un derechazo monumental

Nápoles 2-3 Real Madrid: resumen y goles | Champions League (J2)
Actualizado

El Madrid conquistó Nápoles en un magnífico partido de Champions, repleto de alternativas, afeado sólo por la mala actuación de Clement Turpin. En el volcán del Diego Armando Maradona emergió por encima del resto Jude Bellingham, el futbolista total, que crea, remata y destruye. Su tanto fue el mejor homenaje posible al 10.

Brillaron los esperados, los atacantes napolitanos, pero acabó decidiendo Fede Valverde, con un disparo tremendo, que acabó entrando tras tocar en la cabeza de Meret. Mérito del uruguayo, un cañón.

Gol de Ostigard (1-0) en el Nápoles 2-3 Real Madrid

Al Real Madrid le ha crecido un gigante que abarca el campo entero. Tan pronto aparece achicando un centro como ayuda en la salida o aparece en tres cuartos. Ancelotti cambió el dibujo para acomodarle y no se le ve nada incómodo, la verdad. Puede que el gran perjudicado sea Luka Modric, historia del Real Madrid, de nuevo en el banquillo de salida. El caso es que el inglés se echó a las espaldas al equipo en un escenario mítico para remontar, una vez más.

Porque el Madrid volvió a conceder el primer tanto. Esta vez no fueron los centrales sino el portero quien se pasó de generoso. No había hecho mucho el Nápoles salvo alguna arrancada de Kvaraskhelia y los fogonazos de Osimhen, un rayo al espacio, pero bastó un córner para romper el partido. La rosca del georgiano al segundo palo rebasó a Kepa, que lanzó el puñetazo al aire, Natal cabeceó al larguero y al rechace acudió Ostigard para martillear a la red. Premio excesivo para el cuadro italiano, empujado por un ambiente inflamable, pero perfecto para su plan de esperar atrás y lanzar a sus balas a la contra.

Gol de Vinicius (1-1) en el Nápoles 2-3 Real Madrid

Antes y después del tanto local, el equipo de Ancelotti controló el territorio con holgura. Kroos volvió a situarse junto a Tchouaméni, con Camavinga en el lateral zurdo y Rodrygo en punta. Las jerarquías están claras por el momento. Con el bloque napolitano muy atrás, prietas las filas, desbordó mucho y bien Carvajal. La primera opción del partido fue para Rodrygo, que recibió de Bellingham, se fue en velocidad y no pudo esquinar el remate. La ocasión de igualar llegó por la banda contraria, cuando Di Lorenzo, capitán celeste, buscó el pase que no debía a Lobotka. Interceptó el inevitable Jude, se fue en vertical y cedió para Vinicius. Mención para la maniobra del brasileño, exquisita, acomodando el cuerpo para colocar cruzado, sobre el costado del portero Meret.

El empate animó al Madrid, y sobre todo a su '5'. Bellingham aprovechó el viento a favor y regaló al respetable una jugada maradoniana. Controló en la línea de medios, se zafó de Anguissa, buscó la diagonal, el hueco entre los centrales y colocó cruzado a la red. Majestuoso. Vini también buscó su cuota de gloria, con una diagonal de la ssuyas que esta vez no remató con precisión. Eso sí, el Nápoles no dio síntoma alguno de rendición. Osimhen pudo empatar antes del descanso de no ser por la redención de Kepa, que le sacó un cabezazo tremendo a bocajarro con una mano dura.

Gol de Bellingham (1-2) en el Nápoles 2-3 Real Madrid

Sin necesidad de cambios, el Nápoles dio la vuelta al partido como un calcetín. Dio dos pasos adelante, activó a Zielinski y el polaco puso a funcionar a su ataque. Preciso y dinámico, conectó sobre todo con Kvaratskhelia, aunque fue Osimhen quien originó la acción decisiva. Entró por derecha, centró y Nacho taponó con el pie derecho. El balón salió despedido atrás, hacia los brazos extendidos del central. Tanto que nos quejamos de los árbitros de LaLiga y Turpin, en colaboración con su socio del VAR, Brissart, decidieron ver penalti en una acción ridícula. Osimhen, después de la bronca en el Scuetto, ni se arrimó. Lanzó Zielinski, perfecto, a la base del palo. Empate.

Sufrió de lo lindo el Madrid despojado del balón. Momento de entrenador. Ancelotti metió a Modric y Mendy primero, para recuperar bola y evitar una segunda amarilla a Camavinga. Luka dio con la tecla, ofreciendo líneas de pase. Viró de nuevo el partido y el Madrid llegó al área local, aunque los ataques morían en Rodrygo y Viniucius, desanimados. La solución fue inesperada. Fede Valverde no había empezado la temporada fino, más trabajo que brillo, pero es lo que tiene la calidad dominante. Sacó Modric un córner desde la derecha, escupió la defensa a la frontal, controló el uruguayo y conectó un derechazo imponente, soberbio. La historia registrará autogol de Meret, pero el disparo de Fede fue un obús al larguero que salió a la cabeza del portero y acabó en la red. Una victoria de prestigio, trabajadísima, para eliminar las dudas generadas en el derbi.

Gol de Valverde (2-3) en el Nápoles 2-3 Real Madrid