El Eibar sigue en lo más alto una jornada más tras lograr un empate que no entraba en sus planes antes del encuentro, puesto que la idea no era otra que poner fin a las cuatro jornadas sin ganar.
El equipo de Garitano tuvo que conformarse con sumar un punto después de firmar un partido bastante notable en líneas generales, similar al de hace dos semanas contra el Levante, pero en el que le costó un mundo aprovechar sus situaciones claras, y en cambio, el rival sacó petróleo en una de sus escasas llegadas.
El punto no dejó un mal sabor de boca del todo visto cómo se había puesto el partido, primero con el gol de Jair y segundo con la expulsión de Vadillo. El problema es que el Eibar hizo méritos suficientes para ganar porque fue superior al Zaragoza durante gran parte del partido.
Comenzó con algunas dudas, fruto de varias pérdidas en la salida desde atrás, pero a medida que fue acumulando posesiones largas, se instaló en campo contrario, hizo girar al rival con las diagonales de Matheus y no sufrió a nivel defensivo.
Los armeros encontraron la superioridad en la banda derecha, donde Corpas firmó uno de sus mejores partidos, haciendo más daño por fuera que por dentro, sirviendo varios centros de mucho nivel en el primer tiempo que no encontraron rematador e imponiéndose siempre a un Nieto que sufrió en ese uno contra uno, apenas tuvo ayudas de Bebé y Jaume Grau.
El desborde de Corpas, sumado a las apariciones de Javi Muñoz, convirtieron ese costado en la principal arma de desequilibrio de los locales.
No llega el gol
No llegó el gol y el Zaragoza sí aprovechó la que tuvo en un grave error de Yanis, que tampoco tuvo su mejor día con balón y estuvo demasiado acelerado en el primer tiempo. A Garitano le funcionaron los cambios en el descanso. Vadillo mejoró las prestaciones del propio Yanis y Tejero aportó profundidad.
El Eibar tuvo muy buenos minutos en el segundo tiempo hasta la expulsión de Vadillo, con situaciones claras en las que se volvió a denotar una falta de confianza y finura en la finalización.
Y tras la expulsión de Vadillo salió a luz la garra y el coraje del equipo, que no se vino abajo, empató tras una buena acción de Ríos Reina que culminó Tejero e incluso soñó con el triunfo en un penalti sobre Arana que el VAR lo termino anulando.
En líneas generales, el Eibar hizo un buen partido, pero las áreas volvieron a penalizarle en exceso y en una categoría tan igualada como la Segunda, eso es determinante en el devenir de los resultados. Volver a la senda de las porterías a cero se antoja vital en un momento crucial del curso.
