Steven Spielberg todavía no había rodado 'Tiburón', pero el fútbol disponía de su propio ejemplar. Así se le apodaba al ariete escocés Joe Jordan (Cleland, 1951), uno de los mitos del fútbol británico, después de que perdiera las dos 'paletas' dentales frontales al intentar un remate. Icónicamente fue la imagen que dominó la carrera de un bicho del área.
Esa pérdida dental iba en el sueldo del que se consideró el virrey del juego aéreo, con la competencia de Santillana, en el fútbol europeo de los años 70 y 80. El episodio sucedió en un partido de los reservas del Leeds contra los del Coventry City.
La dentadura postiza
Para él no había zonas prohibidas para meter la cabeza y un defensor del Coventry no despejó el balón, despejó la cara de Jordan. El suceso obligó a que el ariete se hiciera una dentadura postiza que no utilizaba en el césped, ya que prefería abrir la boca y mostrar un aspecto de guerrillero sin miramientos.
Nunca le dio importancia a aquella carencia. "En el césped nadie me iba a intimidar". El lienzo no iba con Joe Jordan. En su poemario no figuraba el fútbol vistoso. Se dedicaba a recibir pelotazos desde diferentes hemisferios del campo. Unos los llevaba a la red y otros los bajaba para los compañeros que llegaban desde atrás.
La camiseta del Leeds (1970-78) fue la primera con la que pisó la celebridad. En esa selva de prendas blancas se licenció en agresividad. Jackie Charlton, el zaguero ajirafado, aseguraba que en su carrera nunca había perdido tres duelos aéreos contra un oponente. "Contra Jordan perdí cinco en un entrenamiento", afirmó después de comprobar que su compañero era una compañía aérea con botas de fútbol.
La fuga al Manchester United
Su popularidad en Leeds menguó cuando en 1978 se fue a un odiado Manchester United que pagó la cifra récord de aquellos tiempos de 347.000 libras, un triunfo ante otros pretendientes como Liverpool y Bayern. Todo se solucionó cuando sir Matt Busby, el oráculo del United, visitó su casa y se reunió con Frank, el padre de Joe, en el salón del domicilio. Por 500 libras a la semana Jordan pasó a ser querido en Old Trafford y detestado en Leeds.
Cuando vi a Joe Jordan sin dientes en el césped me quedé parado, a mí que me registren, pensé
Con esa carrocería las puertas de la selección escocesa también estaban abiertas para Joe Jordan. El '9' disputó con la camisola escocesa 52 partidos en los que sumó 11 goles. En su pechera lleva el honor de ser el único jugador en la historia de Escocia que ha marcado en tres Mundiales (1974, 78 y 82).
En su matrícula figuran dos partidos contra España, ambos con batallitas de las que necesitan sesiones extra de los masajistas. En noviembre de 1974 España visitaba Hampden Park en partido clasificatorio para la Eurocopa del 76. El grupo de Kubala venció 1-2 gracias a un doblete de Quini y a un penalti que detuvo Iribar. Para sujetar a Jordan el seleccionador disponía de dos embajadores de las barricadas, Goyo Benito y Migueli.
No era el reparto ideal para un congreso de sonetos. Tras el partido, disputado a pómulo limpio, Benito definió a Jordan como "grosero y marrullero". El azulgrana y el escocés se cruzarían meses más tarde en una electrificada eliminatoria de Copa de Europa entre el Barça de Cruyff y el Leeds.
Migueli recuerda para MARCA los duelos con el monstruo escocés: "Era una piedra fuerte para un defensa. Era un delantero que siempre iba al frente, corpulento, siempre le metían el balón arriba. Ni él ni yo nos arrugamos. Los codos ahora no se pueden usar, pero antes se trabajaba con eso. Había más choque y o".
Ni Jordan ni yo nos arrugábamos, era un fútbol de más choque y o en el que se podía trabajar más con los codos
Sin la cartelería del Madison Square Garden todos se volvían a ver las caras en febrero del 75 en el Luis Casanova valenciano. El resultado de ese España-Escocia fue de empate a uno. Jordan hizo el gol escocés a los 50 segundos, una diana que Migueli calificó como "más fría que Sierra Nevada". Empató Megido y los zagueros españoles terminaron con los huesos como piezas de un puzle.
El ojo de Benito
Las crónicas dibujaron un partido disputado en un 'saloon' del oeste en el que el ariete y Benito debían haber sido expulsados varias veces. El fútbol no itía decenas de cámaras y las articulaciones rulaban por el césped. Benito apareció en el vestuario con un ojo morado y la mirada en otro continente. Decía que era por un cabezazo sin balón de Jordan, quien después había salido corriendo de la escena del crimen. El escocés denunció haber "recibido todos los golpes".
Migueli retrata a Jordan como un futbolista que "iba muy bien por alto, era listo en esos balones. Un día me dijeron que comentaba que si yo jugaba él no quería jugar.... (risas). Era un tipo de jugador como Toshack. Ahora el fútbol inglés no es como antes".
El que fuera legendario central del Barça y la selección española recuerda con buen humor sobre la distinción física de Jordan que "yo no fui el de los dientes. Me quedé parado al verle así en el césped. A mí que me registren, pensé". Migueli estima que en cuestión de salto era parecido a "Santillana, que saltaba y te dejaba alucinado, se quedaba arriba. El más completo al que me enfrenté fue el 'Lobo' Diarte", concluye.
Aventura en Italia
La carrera de Jordan viró en 1978 con una aventura inimaginable. En 1981 fue traspasado al Milan y de ahí pasó al Verona. Italia dejó huella en el ariete desdentado a pesar de que la excursión deportiva no fuera excelsa. Parte de la familia del ex futbolista todavía vive en el país transalpino.
Este integrante del Salón de la Fama del fútbol escocés, irador de los Beatles, del estilo italiano y de Jimmy Johnstone, en 2011, como miembro del cuerpo técnico del Tottenham Hotspur, protagonizó un estruendoso choque en la banda con Gattuso, todavía jugador del Milan, quien le llegó a estrujar el cuello. El futbolista se disculpó horas después. Los delanteros de ahora tienen dientes.