La doble B, Bernardo Silva y Bruno Fernandes, es la gran esperanza de Portugal para llegar lejos en esta Eurocopa. Dos talentazos que destacan en el campeonato más exigente a nivel de clubes, la Premier, y que comparten hasta ciudad, Mánchester.Eso sí, uno lo hace sufriendo los peores años del United. El otro, la gloria eterna del arrollador City de Guardiola. Ahora, la selección lusa les vuelve a unir para soñar con llevar lejos al país vecino.
Y seguirá haciéndolo porque Portugal les necesita cada vez más. No es casual que las rotaciones, una vez garantizado el primer puesto, ante Georgia les sacaran del once... y que los de Roberto Martínez estuvieran muy lejos de la imagen ofrecida en el 3-0 a Turquía. Ambos, además de su altísimo nivel de juego, marcaron los tantos que abrían y cerraban el marcador.De ahí que sean la esperanza lusa... pese a que los focos se los lleve Cristiano Ronaldo y su sequía goleadora que intentará paliar la doble B.
La cruz de Bernardo
Para Bernardo Silva la Eurocopa es una cita especial. Ya había debutado con Portugal en 2015 y se estaba haciendo un hueco cuando una lesión en el muslo le sacó de la Eurocopa 2016. Sí, la que ganaron los lusos y el entonces jovencísimo jugador tuvo que celebrar como aficionado de un combinado en el que ya ha jugado 91 partidos y ha anotado 12 goles.
Menos duelos, 69, pero más goles, 23, lleva Bruno Fernandes como internacional absoluto. En su caso no había debutado en el mayor éxito portugués a nivel de selecciones una vez que se estrenó en 2017 una vez que su irrupción en Portugal le llevó a ser un fichaje que se llevó el Manchester United adelantándose a equipos que quisieron sus servicios como el Atlético.
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