El cuarto día de juicio por el 'Caso Rubiales' tuvo dos puntos de interés. Alexia Putellas e Irene Paredes, jugadoras del Barcelona y de la selección española, declararon -vía telemática- desde la Ciudad de la Justicia de Barcelona; mientras que en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares lo hicieron Laia Codina, jugadora del Arsenal; Ana Ecube, directora de metodología de la Federación de Fútbol de Arabia Saudí y amiga de Jenni Hermoso; y Javier Puyol, juez de Compliance de la RFEF.
Alexia iba delante de Jenni en la ceremonia de premiación del Mundial donde ocurrió todo. “En directo no lo vi porque cuando pasó lo del beso estaba saludando a la Reina. Con el paso de las horas me di cuenta de lo que había sucedido”, relató la capitana del Barcelona, que fue la primera en declarar. “En un primer momento fue Jenni, justo después del pasamanos, quien me lo contó. Me la encontré de frente y me dijo: ‘Tía, me acaba de dar un beso Rubiales’. Yo, dentro de la euforia y momento, le dije: ‘Anda, calla’. No le di importancia y seguí con lo mío. Luego, en el autobús, se empezaron a hacer comentarios del beso, pero yo pensaba que se había dado la típica situación de irse a dar dos besos y que se habían dado un beso fortuito”, relató.
Irene se enteró de lo ocurrido ya en el vestuario. “Cuando nos iban a traer la Copa en el campo nos dijo algo, pero yo la entendí mal y creía que se había dado un beso con la Reina. No hablamos más del tema hasta el vestuario. Cuando llegué, que fui una de las últimas porque estaba con la prensa, Jenni estaba contando lo que pasó. Fue cuando lo entendí y le dije: ‘Eso no está bien’. Ella dijo que el señor Rubiales le había agarrado la cara y le había dado un beso en la boca. Nos fuimos a celebrar, a hacer fotos y no hablamos más”, relató Irene. Codina sí coincidió con Jenni en el vestidor y ambas fueron protagonistas de un directo en redes sociales que dio la vuelta al mundo. "El directo de Instagram es la primera vez que vi el vídeo y lo que había pasado. Ella dijo: ‘¿Qué hago? Si yo no quería…’", contó la jugadora del Arsenal.
Las futbolistas volvieron a coincidir en el autobús que trasladó a la selección al aeropuerto. “El señor Rubiales vino hacia la parte de atrás, donde estábamos las jugadoras, cogió a Jenni y dijeron algo del viaje de Ibiza. Hubo algunas jugadoras que empezaron a tararear: ‘Presidenta, presidenta’ y es cuando yo dije que paren porque puede ser algo muy grave. A mí me lo parecía. Yo creía que no era un tema para hacer bromas", comentó Irene. “Cuando empezaron los cánticos, Irene dijo que paráramos porque aquello era grave y serio. En ese momento dije que no pasaba nada si había sido fortuito. Jenni dijo: ´Tía, es que es muy fuerte. ¿No lo has visto?’. Es cuando me enseñó el vídeo y lo vi. ‘Es que me ha agarrado la cara y me ha dado un beso. No sé cómo se le ha pasado por la cabeza hacer eso’ me dijo”, reveló Alexia. En el momento en el que piden a Jenni que bajara del autobús, Alexia estaba a su lado hablando por teléfono con su familia. “Estaba agobiada. Pidió que esperaran para coger sus cosas, que estaban a mi lado, pero no la vi coger las cosas”, apuntó.
Jenni dijo: ´Tía, es que es muy fuerte. ¿No lo has visto? Es que me ha agarrado la cara y me ha dado un beso. No sé cómo se le ha pasado por la cabeza hacer eso’
Ya en el avión, Jenni, según relatan sus compañeras, acabó por explotar. “Estaba muy agobiada. Nos decía que no la dejaban, que no paraban. A diferencia del autobús, donde estaba como alucinando, ahí estaba enfadada porque lo que quería era disfrutar. La arrastramos nosotras diciéndola que éramos campeonas del mundo, que íbamos a celebrarlo, pero Jenni ya no estaba”, aseveró Putellas, situada junto al resto de jugadoras declarantes en la fila 3 del avión y testigo de las reuniones que se estaban dando pocos metros más adelante. “Era un ambiente extraño, al menos no de la celebración del Mundial. Llegué a escuchar ‘Esto se filtra mañana a la prensa’ y hablar del tema de agarrarse sus partes y cosas así”, contó Alexia.
En las más de 24 horas de vuelo, Rubiales y Paredes se cruzaron fortuitamente en los pasillos del avión. “Al cruzarnos, por sacar conversación, él me dice: ‘Es increíble. Me están tachando de violador’. Yo le dije: ‘Creo que es magnificar las cosas, pero a mí no me parece bien lo que pasó’”, contó Paredes.
Las jugadoras cuentan que ven llorar a Jenni en varias ocasiones y se derrumba tras el encuentro con Luis Rubiales. “Nos explica que no paraba de relatarle los hechos como si ella no los hubiera vivido en primera persona, que grabara un vídeo con él por sus hijas, que saliera a desmentir que el beso no hubiera sido consentido. Ella le dijo que no hacía falta que explicara los hechos y que la dejaran en paz”, aseguró Alexia. “Estaba preocupada, disgustada. Era un tema que la estaba agobiando y sólo quería celebrar el triunfo que acabábamos de conseguir”, subrayó Irene. “También estuve presente cuando Ivana vino donde Jenni para decirle que le habían pedido grabar un vídeo para calmar la situación y preguntarle si ella lo iba a hacer. Jenni dijo que no lo iba a hacer porque ella no había hecho nada y ella dijo que tampoco lo haría”, apuntó Paredes.
Paredes no, pero Alexia y Codina sí estuvieron con Jenni en el viaje a Ibiza. “Cuando llegamos fuimos directas a comer al hotel. Jenni no tenía batería y Rubén la insistió en cargar el móvil. Fue insistente”, relató Laia, que dijo que el que fuera responsable de marketing se dirigió a Hermoso en al menos seis ocasiones. Putellas, por su parte, cuenta un episodio que se dio durante la rúa. “Cuando me subí en el autobús ella vino al lado y se me puso a llorar. Me dijo: ‘No sé qué hago aquí, no puedo más…’. Yo le dije: ‘Aprovecha esto, disfruta y luego cuando estés en casa lloras lo que necesites’. Ella no estaba bien. Incluso se puso las gafas de sol”, destacó.
Quien acompañó a Jenni en todo momento en la isla fue su amiga Ana Ecube. “Nada más llegar a Ibiza fuimos en autobús al hotel. Al poco nos sentamos en las mesas que teníamos para comer. No teníamos ni comida en la mesa cuando se acercó Rivera para decir que le estaban llamando. Tenía que recibir la llamada de una persona de Integridad para poder contrastar su versión y hacer el comunicado [informe]. Insistió varias veces. Fue un momento incómodo y no sabía qué hacer para que la dejara tranquila. Al final accedió a darle el teléfono para que se lo cargara”, contó Ecube. “Al final recibió la llamada y dijo que no quería participar en lo que se le requería. Se negó. Dijo que quería hablar con su familia y sus agentes”, reveló.
A pesar de la negativa, Rubén volvió a insistir cuando las jugadoras descansaban en las hamacas. “Hubo un momento en el que se echó a llorar porque la situación le superaba”, comentó Ecube. “También le dijo que estaba Albert Luque y que hablara con él. Al ver que ella no le hacía caso, me pidió a mí varias veces que la intentara convencer para que hablara con Albert”, añadió Ana, que accedió a hablar con Luque para ganar tiempo a su amiga. “Veíamos que no iban a parar hasta que no consiguieran que Jenni hablara. "Le dije que le estaban agobiando. Se mostró incómodo y me dijo que estaba en calidad de amigo. Yo le dije: 'Si fueses su amigo sabrían que necesita descansar, respetar su espacio y ahora no es momento de hablar con ella'. Me dijo que si le ayudábamos, Luis era de los que se portaba muy bien y no nos iba a faltar trabajo ni a mí ni a Jenni. Yo le dije que se equivocaba porque yo trabajo tenía. Pensé que era vender mi alma al diablo", contó.
"Jenni estaba preocupada porque veía que el entorno que debía protegerla nadie la estaba ayudando, estaba sola, sola, no había ni una persona de la Federación que se preocupara por ella, ni siquiera el psicólogo, el salvaguarda, movió un solo dedo por la víctima", sentenció.
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