SELECCIÓN FEMENINA ESPAÑA

Selección Femenina España

"Es imposible generar un entorno parecido a Nueva Zelanda"

MARCA analiza el cambio brusco al que se debe someter España entre su preparación y competición en el Mundial

Las jugadoras de la selección española durante un entrenamiento en...
Las jugadoras de la selección española durante un entrenamiento en Las Rozas / RFEF

Las altas temperaturas que se viven estos días en España están marcando la preparación de la selección española de cara al Mundial, algo que choca con las condiciones climatológicas que se viven en Australia y Nueva Zelanda, donde es invierno. MARCA ha querido consultar a dos expertos en la preparación física cómo puede afectar este cambio -además del maratoniano viaje y el cambio horario- en las internacionales.

"La situación ideal sería poder entrenar en un lugar de condiciones similares a las que vas a competir, aunque en esta fecha del año en esta latitud es imposible generar un entorno parecido en el que te puedes encontrar en Nueva Zelanda", apunta Adrián Fumero, técnico asistente de la UDG Tenerife. "Nosotras, como los equipos que nos visitan, sufrimos estos cambios, sobre todo en invierno. No es lo ideal, pero hay que adaptarse", subraya.

15 grados y 10 horas de diferencia

España arrancó la preparación en Benidorm a 30ºC; esta semana ha trabajado en Madrid con temperaturas que han llegado a los 38ºC y visitarán Avilés donde el mercurio se relaja hasta los 23ºC; y la semana que viene viajarán a Copenhague para realizar una última escala y donde no se superan los 20ºC. Un gran contraste con las temperaturas estos días en Auckland (15ºC), Wellington (13ºC) -ciudades donde jugará la fase de grupos- y Palmerston North (13ºC) -ciudad donde tendrá su campo base-.

Las últimas investigaciones hablan de la eficacia de un protocolo de aclimatación térmica en el campo de aproximadamente dos semanas para obtener adaptaciones fisiológicas y mejorar las métricas relacionadas con el rendimiento físico, con efectos ergogénicos", explica Isabel Brígido, ex-fisioterapeuta del Atlético de Madrid y ahora trabajando con la tenista Venus Williams. "Por la diferencia térmica, es importante comprender cómo utilizar un protocolo efectivo de aclimatación al calor en el campo para preservar o mejorar el rendimiento de las futbolistas tanto en temperaturas extremas como en condiciones más templadas", analiza.

Hidratación y alimentación, claves

Ambos expertos en la materia hablan de la alimentación y la hidratación como puntos clave en la adaptación. "Uno de los principales efectos adversos del jet lag (hay 10 horas de diferencia horaria entre España y Nueva Zelanda) es la alteración del ritmo circadiano, lo que provoca que se vean modificadas las rutinas de sueño, alimentación, ... A medida que se van superando husos horarios esta alteración es mayor, por lo que en este caso tomará varios días hasta que haya una normalización del mismo", expone Adrián, graduado en CCAFYD y con un Máster en Alto Rendimiento de Deportes Colectivos.

"El famoso entrenamiento invisible se basaría en: un buen plan nutricional, con especial hincapié en la hidratación; un régimen de descanso adecuado, ya que privación del sueño puede ser perjudicial para los procesos de recuperación alterando la reposición de glucógeno muscular, la reparación del daño muscular, la función cognitiva y trayendo consigo un aumento de la fatiga mental; y la implementación de una rehabilitación rigurosa y de alto nivel, con sesiones diarias de recuperación física, en donde el trabajo por parte de los fisioterapeutas es fundamental, prestando una especial atención a la musculatura isquiotibial", desgrana Isabel, doctora en Medicina Traslacional y con Máster en Biomecánica y Fisioterapia deportiva.

Cafeína y melatonina

La adaptación al nuevo escenario debería comenzar en el vuelo que España coja desde Dinamarca a Nueva Zelanda el próximo 6 de julio. "Con respecto a la aceleración, algunos medios utilizados por los pilotos de aviación para acelerar la resincronización biológica post-jet lag son la adaptación del ciclo del sueño, la practica deportiva, promover la exposición al sol, la ingesta de cafeína o de melatonina y finalmente rutinas de siesta y/o micro-siesta", asevera Isabel. "En el avión es fundamental mantenerse hidratadas y bien alimentadas. Una vez en el destino, deben continuar con la rutina que se tendría en el lugar (si llegamos a la hora de dormir, ir a la cama) al igual que hacer algo de ejercicio ligero los siguientes días sería lo más adecuado. Cuanto más tiempo haya de adaptación, mejor será ala hora de competir", resuelve Andrés.

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