Irene Paredes se convertirá este martes -si juega ante Suiza- en la tercera futbolista española que alcanza las 100 internacionalidades después de que lo hicieran Alexia Putellas y Jenni Hermoso. La de Legazpi, capitana en dos etapas, fue convocada por primera vez con la absoluta en octubre de 2011, siendo jugadora del Athletic Club -que aquella temporada acabaría segundo en Liga-, si bien no fue hasta el 20 de noviembre de 2011 cuando debutara con la selección.
Ignacio Quereda le dio la alternativa en el duelo disputado ante Rumanía en el Stadionul CNAF de Buftea, partido que España ganó por 0-4 con goles de Sonia Bermúdez, Vero Boquete (2) y Adriana Martín, saliendo en el minuto 87 en sustitución de Ruth García con el dorsal 20 a la espalda. "Jugar con ella ha sido un placer porque es una líder tanto dentro como fuera del campo. Recuerdo en aquellas primeras veces de hablar con ella la importancia de manejar las dos piernas y aprovechar su altura en las jugadas a balón parado. Ella, y es algo que ha mantenido en el tiempo, siempre ha estado dispuesta a aprender y a sumar, lo cual le ha hecho estar donde está", apunta Ruth, hoy consejera del Levante. "Irene es una mujer muy introvertida, reservada, que le gusta pasar desapercibida. Le gusta hablar en el campo. Eso no quita que siempre esté ahí para cualquier compañera, para ayudar y sumar, lo cual es muy impresionante en un vestuario", añade.
Paredes saltó a escena cuando España ocupaba el puesto 18 del ranking FIFA y clasificarse para un gran torneo internacional era una auténtica quimera. Jugó en el barro y absorbió la experiencia de veteranas que aún hoy en día recuerda. "Era una líder silenciosa. Si tenía que decir algo lo decía y se la escuchaba porque todo lo que apuntaba tenía coherencia, pero ella más que de palabras era de predicar con el ejemplo, con el trabajo. Es de las que no hace ruido, de las que saben estar en cada momento y de las que dan siempre el 100%. Es correcta, humilde y toda una referente", afirma Mely Nicolau, ligada en la actualidad al fútbol base de Mallorca.
Por calidad, galones y forma de ser, Irene no tardó en ganarse un sitio en el once (ha sido titular en 94 de los 99 partidos disputados hasta la fecha) y en el vestuario. "Dentro del campo es la persona con la que nunca querrías competir en contra, pero que te encantaría tenerla en tu equipo; fuera del campo es bien tranquila, parece que toda la energía la deje en el fútbol. Siempre se puede hablar con ella, te escucha, te da su opinión y te intenta ayudar en lo que pueda. Cuando tiene un objetivo lo va a cumplir, da igual lo que se le ponga por delante", resume Andrea Pereira. "Me acuerdo que cuando debuté con ella en la selección la llevaba desesperada porque teníamos diferentes estilos de defender y sacar la línea defensiva. Me corregía, pero nunca perdió la paciencia conmigo, y eso lo agradecí mucho", añade la actual jugadora del Club América de México. "A mí me ha ayudado mucho con mi diabetes y mis desayunos. Es una persona que se cuida mucho y leía mucho sobre nutrición. Encontró un perfil de Instagram que hablaba de diabéticos y la alimentación que mejor podía funcionarnos. Me acuerdo que siempre me pasaba los posts y en el desayuno cuando íbamos a la selección siempre hablábamos del tema preocupándose por mí", destaca.
La central ha compartido parcela con muchas compañeras de equipo, pero también con rivales con las que había tenido sus más y sus menos. "Era veterana, se las sabía todas, no dejaba de agarrarme y me tenía frustrada. En una de esas le pegué un puñetazo en el brazo, se giró y me dijo: '¿Pero qué cojones haces?' Tuvo que venir Mapi (Mari Paz Vilas) a mediar, pero lo cierto es que no la volví ni a rozar", cuenta entre risas Paula Nicart. "En la selección he jugado poco (tres partidos), pero siempre que fui me trató muy bien. Recuerdo que un día, antes de un partido que me dijeron que jugaría, se acercó a mí muy seria y me dijo: '¿Estás bien? Tú estate tranquila'. Fue escueta, pero yo me sentí arropada y segura. Eso es Irene en esencia", sentencia quien actualmente ejerce de directora de partido en la Liga F.
Irene es la única española que ha jugado el ciclo de tres Eurocopas (2013, 2017, 2022) y tres Mundiales (2015, 2019, 2023) que ha disputado España en la última década. Ha sido nexo entre diferentes generaciones y pegamento cuando las cosas han ido bien, mal o regular. "Jugar con Irene es muy fácil. Es una jugadora a la que iro, un ejemplo y creo que nos complementamos a la perfección. Sus características y las mías encajan muy bien. Me gusta mucho jugar con ella y es un lujo hacerlo a su lado", apunta Ivana. "En la defensa es imprescindible hablarnos, comunicarnos y ayudarnos porque una palabra o una mirada te puede dar un segundo de ventaja sobre una rival. En nuestro caso creo que nos entendemos bien y eso se nota en el campo", subraya la jugadora del Real Madrid.
Paredes fue la única española que jugó todos los minutos (660) del Mundial disputado el pasado verano y que acabó con la conquista del título el 20 de agosto en Sídney. En este torneo formó pareja con Ivana Andrés, Rocío Gálvez y Laia Codina. "Es de las personas más profesionales que conozco. A veces la miro y pienso que si ella a su edad (32) se exige tanto, yo a la mía (23) no puedo ser menos", asevera Laia Codina. "Creo que nos parecemos. Somos dos jugadoras que nos gusta mucho defender y de las que celebran más un tackle o una acción defensiva que un gol", añade. "Fuera del campo es una persona muy alegre, de hecho su risa es muy contagiosa. Le gusta bromear, es muy familiar y siempre está pensando en los demás. Además me gusta mucho que le gusta pasar desapercibida, porque es algo con lo que me siento muy identificada con ella", resuelve la jugadora del Arsenal.
Su última pareja de baile, en los dos primeros partidos de la Nations League (ante Suecia en Göteborg y frente a Suiza en Córdoba), ha sido Laia Aleixandri. "Fueron dos partidos muy exigentes y salí muy contenta de haberme entendido muy bien con ella. Es una jugadora que te transmite seguridad y que con su experiencia sabe manejar las diferentes situaciones del juego", comenta la jugadora del Manchester City. "Con ella guardo dos bonitos recuerdos. Fue mi compañera de habitación en una de las primeras concentraciones y, aunque es una futbolista que impone por su carácter y liderazgo, conmigo rompió esa barrera en el minuto 1 de forma natural y me acogió súper bien", cuenta. "El año pasado, cuando fiché por el City, me mandó un mensaje que me llenó mucho porque se sentía identificada por cuando ella se fue al PSG. Fue un gran detalle que no esperaba", sentencia.
