Que la UD Las Palmas siga una temporada más en Primera División sigue dependiendo del equipo canario. Pero la racha de resultados, y el calendario que tiene por delante, hace que se mire de reojo a los rivales. No pudo conseguir en Son Moix a permanencia, y la victoria de Cádiz ante el Getafe la retrasa, por lo menos, una semana más. A pesar de la renta, los números no lo permiten. Las posibilidades siguen siendo bajas, pero cada semana crecen más. El colchón conseguido gracias a unos seis primeros meses de competición sobresalientes, cada vez es más fino. La UD llegó a marzo con el curso prácticamente salvado -37 puntos- y con la idea de subir nota. Un margen amplio en cuanto a fechas y puntos. Tanto para incluso soñar con Europa.
En la segunda vuelta podrían haber llegado a la meta por dos caminos: a través de los "12 o 13 goles" que prometió Munir o especulando lo que hacían Granada y Cádiz. Munir no solo no cumplió, sino que ni se acercó a esa marca. Y no será porque García Pimienta no le haya dado oportunidades. Tampoco ayudaron sus compañeros. Los 37 puntos hicieron de techo. Ocho partidos ha estado hasta entonces Las Palmas sin ganar...y solo marcando un gol. Sin victorias y esperando los tropiezos del Cádiz. Con el ábaco en la mano y haciendo las cuentas de la lechera.
Las Palmas había transitado por la categoría sin pasar miedo. Sin estar siquiera cerca del precipicio. Un éxito, sin duda. Pero la temporada ha quedado empañada por la peor racha de los últimos 64 años y con el entrenador muy tocado. La celebración se tendrá que postponer, aunque se antoja agridulce. Porque las sensaciones importan. Porque el final de temporada deja más dudas que certezas. Las hay en torno a la figura de un García Pimienta desgastado y sin cintura para dar un golpe de timón en los momentos malos. Pero también en lo que a la plantilla se refiere. ¿Lo visto en la primera vuelta ha sido un milagro del entrenador? Viendo el final de curso, ¿es García Pimienta el idóneo para comandar este proyecto?
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