El Mallorca tiene mucho trabajo por hacer en los despachos. Tras la llegada de los dos primeros fichajes, Toni Lato y Omar Mascarell (el segundo será oficial en las próximas horas), toca aligerar plantilla para seguir aumentando la calidad de una plantilla que se espera que en la temporada 23/24 repetir el éxito del último curso -noveno clasificado en LaLiga- para continuar dando saltos hacia la consolidación en Primera en su plan de crecimiento deportivo.
Javi Llabrés y Jordi Mboula son los dos jugadores que regresan tras finalizar sus respectivas cesiones en clubes de Segunda (Braian Cufré seguirá cedido en el New York City hasta el mes de diciembre). El centrocampista mallorquín estuvo cedido media temporada en el Mirandés, mientras que Mboula brilló en el Racing de Santander de José Alberto López, con cifras que hacía mucho tiempo no alcanzaba: seis goles, una asistencia y más de 2300 minutos de juego en sus botas en la mejor temporada desde su regreso al fútbol español.
La situación de Mboula es compleja ya que el Mallorca no cuenta con él. Al de Granollers le resta una temporada de contrato en el conjunto bermellón, pero Javier Aguirre no está dispuesto a darle una plaza en su plantilla. Tras una gran temporada, lo lógico sería recibir propuestas, especialmente de Segunda, pero en estos momentos no ha llegado ninguna oferta formal. El Racing estaba interesado, pero el fichaje de Lago Junior descarta al extremo catalán, que está citado para la pretemporada, pero que deberá solucionar su futuro durante el mercado de verano.
La rescisión de contrato parece la mejor solución. Mboula acaba contrato en 2024, por lo que una cesión parece ser una opción que no ayudaría a ninguna de las dos partes. Lo ideal sería encontrar un club que se decida a abonar un pequeño traspaso que solucione dicha situación, pero en estos momentos no hay nada a lo que agarrarse. Lo que sí es un hecho es que el Mallorca tendrá complicado sacar tajada por el jugador.
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