Mario Ferri, el hombre que rompió el orden en el Mundial de Qatar, exhibiendo una bandera arcoíris en el Portugal-Uruguay, ya ha sido deportado a Italia, su país de origen, poniendo fin a su presencia en el Mundial.
La primera nota hecha pública por las autoridades locales habló de "breve detención en un lugar sin determinado y ha sido liberado por las autoridades sin consecuencias". Ferri, apodado "El halcón", es un habitual de este tipo de acciones en los estadios. En el Mundial 2014, en Brasil, entró en el terreno durante el duelo Bélgica-Estados Unidos con una camiseta que llevaba las inscripciones "Salven a los niños de las favelas" y "Ciro Vive", en homenaje a un aficionado del Nápoles fallecido poco tiempo antes.
Ahora, además de mostrar el apoyo al colectivo LGTBIQ también reclamó el fin de la agresión rusa a Ucrania. "La FIFA prohibió los brazaletes de capitán arcoíris y las bandera de los derechos humanos en las tribunas, bloquearon a todo el mundo, pero no a mí, como Robin Hood".
Del que no se tienen noticias es del seguidor de la selección norteamericana, que lucía un brazalete arcoíris y que fue expulsado del Estados Unidos-Irán.