Una de las posiciones más debilitadas en la actual plantilla del Oviedo es la sala de máquinas del centro del campo y Edgar González llega para aliviar los problemas de Cuco Ziganda en esa zona. El catalán recala en calidad de cedido por el Betis, que recientemente renovó su contrato hasta 2023, y que le busca una salida para que tenga los minutos que necesita para completar su formación.
Edgar se formó en las categorías inferiores del Espanyol y es hijo de Lluís, delantero que defendió la camiseta de los pericos en los 90. Tras ser cedido al Cornellá, recaló en las filas del Betis para reforzar su filial y la pasada temporada Rubi le dio la alternativa en el primer equipo, debutando en la victoria bética frente al Valencia. Al final disputó diez partidos en la máxima categoría, pero Manuel Pellegrini no cuentan con él y por eso el club le buscó un destino en forma de cesión y ahí apareció el Oviedo.
Su corpulencia física le hizo jugar buena parte de su carrera como central, pro ha demostrado poder adaptarse a la perfección al puesto de medio centro defensivo, una parcela que Ziganda quería reforzar y más aún tras la marcha de Luismi, que parece haberse alejado definitivamente del conjunto azul ante las ofertas económicas superiores que tiene tras su buena campaña en el NMR Carlos Tartiere.
La intención es que Edgar ya esté hoy ya en Oviedo y que se incorpore de manera inmediata a los entrenamientos con sus compañeros y que pueda participar en los amistosos frente al Athletic y la Ponferradina, previstos para el viernes y el sábado.
Apuesta de juventud
sc Arnau avisó al final de la pasada campaña de la necesidad de rejuvenecer la plantilla y los está demostrando con hechos. De las cinco incorporaciones realizadas hasta la fecha, Joan Femenía y Edgar, con 23 años, son los mayores. Rafa Mujica (21), Brazão (19) y Cedric (19) completan el proceso de renovación generacional del conjunto carbayón. Borja Sánchez (24) o Juanjo Nieto (25) son otros futbolistas jóvenes llamados a ser importantes en la temporada oviedista.
El reto de defender una camiseta con la historia del Oviedo en Segunda A no parece asustar a los recién llegados. Brazão aseguró en su presentación oficial que para él no suponía ningún problema: "Tengo poca edad, pero mucha personalidad. En Brasil decimos que la presión es la que tiene un padre de familia que sale a las 5 de la mañana a trabajar y que sabe que por la tarde no hay comida para sus hijos. Solo juego al fútbol, con responsabilidad, pero no siento la presión".
Lo que parece claro es que los jugadores que resten por llegar deberían aportar un extra de experiencia para combinar en la plantilla actual. Al Oviedo aún le faltan, al menos, tres piezas para cerrar el equipo. Un medio centro más, un jugador de banda y un delantero son las prioridades. Pero, si el tope salarial lo permite, no se renuncia a incorporar un lateral zurdo, con lo que el técnico tendría dobladas todas las posiciones del equipo y formarían un bloque de 22 futbolistas, a la espera de saber que sucede con los jugadores con contrato y que están descartado: Ugarte, Javi Fernández, Johannesson y Edu Cortina.
Un nombre que regresa a la órbita del Oviedo es el de Dani Torres. El colombiano estuvo a punto de firmar el pasado curso, pero los problemas con el tope salarial dieron al traste con una operación que parecía cerrada. Al final, jugó la segunda parte de la temporada en el Zaragoza y ahora mismo se encuentra sin equipo y también podría encajar en el perfil que persiguen los carbayones tanto en lo futbolístico como en lo económico.
Para la banda, el club mantiene abiertas las conversaciones con Saúl Berjón en busca de acuerdo de renovación que no termina de cerrarse y en la delantera podrían apurar los plazos a la espera de que el mercado ofrezca mejores opciones en la recta final cuando los equipos y los futbolistas vean más apuradas sus situaciones con las limitaciones económicas que presidirán la temporada.