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La distancia entre el Manchester City y el Manchester United ya no se cuenta en kilómetros. Comparten ciudad pero están en otra dimensión futbolística. Sir Alex Ferguson contuvo en sus últimos años un despegue 'celeste' que ha hecho que el papel de 'segundón' haya cambiado de barrio.
Una brecha que los derbis de esta temporada han evidenciado. Ganar los tres anteriores en territorio enemigo no cambió la dinámica 'red devil'. Mientras los de Pep Guardiola son favoritos a la Premier y a la Champions, los de Ralf Rangnick están peleando por no quedarse fuera de la Liga de Campeones. Y no es sólo una cuestión de millones. Uno tiene aparcado en su garaje un Mercedes y el otro un Red Bull, aunque la diferencia, como en la Fórmula 1, la marca el piloto. Siempre el piloto.
Y no hay mejor 'conductor' que Kevin De Bruyne. Mánchester tiene un rey y es KDB. ¡Larga vida a Cantona! El belga firmó una exhibición diabólica que bajó a los infiernos al United. El City se llevó el derbi con goleada (4-1) manteniendo a raya al Liverpool. Los seis puntos de ventaja en el liderato vuelven a ser una realidad para el equipo Pep Guardiola. Jürgen Klopp, desde su sofá en Liverpool, vio cómo el primero de la Premier ejerció como tal sin echar de menos a Dias. Van a tener que ganar muchos partidos seguidos para llegar con opciones al Etihad.
Sin Cristiano Ronaldo ni Cavani, Rangnick desempolvó su 'gegenpressing' con Pogba de falso '9' e intentó ahogar con su presión al City. Una apuesta valiente, buscando sacar el balón jugado desde su campo, que no perdió de vista el Atlético de Madrid de cara a la vuelta de los octavos. Sin embargo, el riesgo fue altísimo y penalizado por los 'sky blues'. A los cinco minutos, Bernardo Silva y Grealish 'marearon' a Wan-Bissaka en la banda derecha antes de sacar un centro que De Bruyne transformó, llegando desde atrás, en el 1-0.
El gol 50 de KDB en la Premier no 'desconectó' a un United que siguió con su plan. Presión alta y a correr. Ni intentaron discutirle la posesión a un City que no tuvo tanto el balón al principio. Y en ese ecosistema, Sancho cumplió la ley del ex. El 'wonderkid' que dejó la factoría celeste para echar cuerpo en Dortmund marcó un golazo. Recibió el cuero de Pogba, se perfiló, se quitó de encima a Rodri y anotó el 1-1. Miró a la grada, tan familiar en su infancia, que le abucheaba desafiante. Ya les había 'amargado'.
De Gea no puede con todo
El empate fue un espejismo. A los seis minutos de la igualada, otra mala salida de balón del United la castigó De Bruyne. Foden le hizo un sombrero a Lindelöf para el recuerdo y disparó a gol. Un póster para las habitaciones de los niños 'cityzens' que sueñan con triunfar en el Etihad. De Gea evitó su diana pero no la del belga, que tras varios rechaces completó su doblete. El portero español tuvo mucho trabajo y sacó buena nota a pesar de la goleada recibida. Realizó cuatro paradones (Foden, Mahrez, dos veces, y Cancelo) de altura.
El desgaste visitante de la primera parte no tuvo premio y desmoralizó a los 'diablos rojos'. El United se quedó sin pilas en la segunda y el City penalizó su atrevimiento. Olieron su cansancio y les arrasaron. De Bruyne puso un córner que Mahrez, de primeras, transformó en el 3-1. Un zurdazo ganador. El 4-1 lo hizo el argelino en una contra en la que bordeó el fuera de juego. El VAR validó su diana cerrando un segundo tiempo en el que el United ni chutó. Persiguieron sombras, sólo vieron en foto el balón y se cansaron de recibir disparos en su meta. Pim, pam, pum.
De Bruyne y Mahrez transformaron el triunfo en una goleada (la 50 de Pep en Premier) que escuece en Old Trafford. De Gea no pudo evitar el chaparrón de dianas. Los 'grandes' han cogido el gusto de apalear a un 'ManU.' que ya está quinto, fuera de la zona Champions. El Liverpool les metió cinco y el City cuatro. Una cruz que no tiene fin. Mánchester es celeste... y ya no es noticia.