- Estadísticas. Así vivimos el Valladolid - Cádiz
El globo de Pacheta tiene que ser grande. Un cabreo para la historia, pero puede echar muy pocas cosas en cara su equipo tras lo visto en Pucela. Lo hizo todo bien, pero falló lo que no está escrito y el Cádiz metió la única que tuvo. La ley del fútbol. No hay más.
El Cádiz sonríe, pero tres puntos no pueden esconder las múltiples carencias . Básicamente, defiende mal y no tiene pegada. Los nervios atenazan a un equipo al que le cuesta horrores sobreponerse a las situaciones adversas del juego. Pero tiene a Negredo que les salvó la vida cuando estaba todo perdido. 37 'palos' y licencia para correr poco y seguir goleando.
Fresneda y, sobre todo, Gonzalo Plata olían el miedo desde bien pronto. El ecuatoriano desquició a Espino al que reventó. Hizo un roto continúo por la zurda: agresivo, encarador, puede conducir hacia adentro para buscar el arco o activar el lado débil.... ¡Ay si fuera más fino!
Weismann tuvo las más claras. Primero tras un regalo de Fresneda, otro jugón en Pucela, que mandó al limbo sobre el área chica y después con un córner que remató sólo y libre de marca a la corta, pero no iba a ser su noche.
Monchu, Kike Pérez y Roque Mesa fueron un telón insalvable para los de Sergio durante 80 minutos. Robaban en zonas de peligro y segaban cualquier avance rival.
El Valladolid llamaba al gol tras el descanso. Pero no abrió la puerta. Monchu tuvo la primera tras otro centro delicioso de Fresneda y, después, Ledesma salvó un obús de Kike Pérez y el rechace posterior de Weissmann.
Tras ello, Óscar Plano, otro que se salió, dibujó un zurdazo que se topó con el larguero. Pacheta no se creía cómo se podía perdonar tanto. Ni él ni nadie.
Mientras Sergio tocaba todo lo posible el centro del campo, el Valladolid seguía apretando y el Cádiz seguía viéndolas venir. Kike Pérez hacía lo que quería y buscaba con insistencia a un Weissman negado el viernes por la noche.
En el 91' apareció uno que sabe lo que es el gol como es Negredo para rematar al fondo de la red el único centro con sentido del Cádiz en todo el partido. La puso Zaldua, Asenjo se la comió y ahí estaba el Tiburón para obrar el milagro y dar los primeros tres puntos del curso al Cádiz.