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Yun León frenó en secó a la Real. Un gol del sevillano al cuarto de hora puso fin a la espectacular racha de los de Imanol, que hasta su visita a Pucela acumulaban nada menos que ocho victorias consecutivas. El triunfo, además, también es oro para el Valladolid, que ha resuelto con seis puntos y en tres días sus apuros clasificatorios. Respira, por fin, Pacheta.
Pero Sergio León no sólo ganó a la Real. Su diana también venció a la tecnología, que sí dejó sin efecto hasta otros tres goles en un partido que fue más entretenido en la pantalla que en el campo. Se festejaron cuatro goles, pero sólo una de las celebraciones valió para algo. Así fue porque Figueroa Vázquez cambió tres veces de parecer ayudado por la tecnología. Lo que no pitó en directo el árbitro, sí lo hizo tras el visionado a cámara lenta de las jugadas. Empezó el partido anulando un gol a Monchu, por medio dejó sin efecto otro de Kubo y lo acabó dando marcha atrás para anular el empate de Zubimendi tras un fuera de juego.
Primera visita al monitor
La tecnología entró en juego muy pronto. Era el minuto 10 cuando Monchu, en un centro que acabó siendo un disparo porque Weissman no llegó a tocarlo, batió a Remiro.Fue anulado porque Figueroa Vázquez alteró su decisión para señalar falta sobre Brais en una jugada que ciertamente lo parecía, pero que había dejado sin sanción en directo. Y eso que todo había ocurrido delante de sus narices.
El no gol cabreó al Valladolid, que entró en combustión y apenas tardó cinco minutos en recuperar lo que entendía que era suyo. Fue en un balón largo a la carrera de Sergio León, que cuerpeó con más decisión que Le Normand hasta plantarse ante Remiro, al que batió con un derechazo inapelable.
El empujón local casi le da incluso para hacer el segundo. Lo evitó una gran mano de Remiro a Weissman, que había sacado partido de un error impropio de David Silva. Falló el canario en la salida de balón, algo que seguro no ha hecho más de un puñado de veces en su larga y exitosa carrera.
Segunda visita al monitor
Superado el fogonazo blanquivioleta, la Real fue inclinando el partido con el paso de los minutos. Poco a poco, empezó a ganar presencia en ataque, aunque sin la contundencia necesaria para poner en muchos apuros a Masip. Y cuando la encontró, en la zurda de Kubo, se topó con Figueroa Vázquez y el VAR.
Gol inicialmente validado por el árbitro y gol anulado después por una falta previa. Lo que había dado por bueno en directo no le pareció igual tras el visionado en el monitor. Otra vez la tecnología. No está nada claro que Zubimendi hiciera falta a Óscar Plano. Ni en directo ni en diferido.
Lo mejor de la segunda parte es que no hubo nada virtual durante los primeros 40 minutos. Fútbol en directo, sin el diferido del VAR, en los que, por cierto, pudieron caer tantos goles o más que los tres que se anularon. Con la Real apretando y el Valladolid saliendo a la contra con peligro, unos y otros acumularon un buen puñado de situaciones de peligro. Carlos Fernández (por dos veces), Gonzalo Plata (otras dos), Óscar Plano, Aguado, Pablo Marín y Turrientes rozaron el gol.
Última llamada desde la sala VOR
Mención especial para el fallo de Feddal, que mandó inexplicablemente fuera un remate a puerta vacía. Su error hubiera sido mucho más recordado si llega a subir el gol postrero de Zubimendi, que remachó una jugada muy bien trenzada entre Pablo Marín y Karrikaburu. Pero para alivio del central marroquí y de Zorrilla, la tecnología intervino para anular el gol por fuera de juego. Otra vez el VAR. Quién si no.