La Real Sociedad y el Celta han empatado a un gol en el Reale Arena, en un partido en el que los locales no han aprovechado adelantarse a los pocos minutos y tener ocasiones para ampliar su renta, en la segunda parte, pero los visitantes se han llevado con merecimiento un punto, ya que también han dispuesto de oportunidades para marcar, aunque lo hicieran en la última y gracias a Le Normand en propia puerta.
El partido no pudo comenzar mejor para la Real ya que, tras un serio aviso de Iago Aspas, que intentó sorprender por el palo corto a Remiro, que despejó a córner, Oyarzabal repitió la acción del delantero celeste, tras una contra muy bien llevada por Kubo, y el 10 logró superar a Iván Villar y poner el 1-0.
El tanto dio confianza a los locales, que en los siguientes minutos se asomaron dos veces más al área gallega, con caídas de Kubo y Oyarzabal en las que pareció no haber nada, y sembró dudas en un Celta que parecía haber salido al Reale Arena muy fuerte, pero que tras la diana en contra la perdió.
El equipo de Carvalhal tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo fue con un medido centro de Galán que Larsen cabeceó muy bien, aunque centrado y sin problemas para Remiro, que volvió a detener un balón al noruego, esta vez en un mano a mano, justo antes del descanso, aunque Ortiz Arias pitó un fuera de juego que no fue.
El Celta, volcado
El paso por los vestuarios le sentó mucho mejor al Celta, que en seis minutos tuvo tres ocasiones claras, con Aspas chutanto alto y cabeceando al poste, y Mingueza entre medias rematando al lateral de la red.
La Real espabiló tras ese palo en contra, recuperó la pelota y rozó el segundo tanto, con una volea de Zubimendi que se fue fuera por muy poco, un uno contra uno de Oyarzabal que despejó Iván Villar y un remate cercano de Kubo que también despejó el portero celeste.
Carvalhal movió el banquillo en su último intento y, pese a que Tapia se fue al poco de salir por doble amarilla, su equipo volvió a tener varias ocasiones, sobre todo un disparo lejano de Aspas que se fue rozando el palo, en la que parecía la última, peor no lo fue, porque la estrella celeste lo probó de nuevo, en un centro que rechazó mal Le Normand, acabando el balón en su propia portería y llevándose un punto merecido el conjunto visitante.