Un punto sabe a muy poco. Poquísimo. Más aún cuando durante tramos de un partido has podido tener la sensación de que estaba para ti, de que te lo podías llevar en cuando se diesen algunas circunstancias. El Rayo, tras comenzar perdiendo, pensaba que podía darle la vuelta al marcador con el gol de Lejeune mediado el segundo periodo. Tuvo sus opciones. El Sevilla, por su parte, además de adelantarse, echó en falta ciertas decisiones más contundentes de Gil Manzano, con más de una jugada de naranja donde pudo desequilibrarse la tarde. El árbitro apenas intervino, salvo para anular un gol a cada equipo. Reparto a todo. A puntos. Uno para cada. No le vale demasiado al Rayo en la pelea por Europa y mucho menos al Sevilla en la suya por la permanencia. Le permite estar arriba en el pelotón que quiere escapar de la quema, pero no se escapa. Queda mucho.
Andoni Iraola colocaba ese once que se saben de memoria en todo el barrio de Vallecas. Es el equipo que le ha colocado en la pelea por Europa y en el que más confía. La duda (por nombres) de quién debe ser el delantero seguirá acompañando al titular, Sergio Camello, por mucho que demuestre. Y antes del minuto dos estuvo a punto de abrir el marcador en un carrerón que dejó sin respuesta al sevillista Fernando, quien sólo pudo molestarle al final con el brazo. Bono bloqueó el mano a mano. Porque Sampaoli (en la grada) debía cerrar con su habitual mediocentro, acompañado de Nianzou y un lateral como Telles. Tenía enormes ausencias. Y sus apuestas fueron aún más sorprendentes. Pero cuanto el equipo tiene el aire de cara es más sencillo intentarlo. Inventar. Y que, encima, te pueda salir bien. Gueye de pivote único, con Óliver y Suso liberados por delante. El franco-senegalés ha tardado medio segundo en adaptarse al ritmo de LaLIga. De hecho, parece que le va bajo de revoluciones. El gaditano, por su parte, comienza a ser aquel zurdo que decidía los partidos. Más de un año de su grave lesión de tobillo ha tenido que esperar. Está de vuelta.
Porque tras el clásico cuarto de hora de dominio local, los andaluces colocaron una red diez metros por delante de Bono y se sintieron cómodos a la hora de acatar. Los tres centrales tenían la inestimable ayuda de Gueye, quien también se desplegaba en ataque. Óliver y Ocampos se movían por todos lados, con Rafa Mir algo más desaparecido en punta y Suso reclamando todos los balones. Sabe que está bien. Y su fútbol es de mirada optimista. Incluso iba bien a la presión y recuperó varios balones. Estuvo a punto de alcanzar un buen centro de Óliver en una contra, para minutos después probar el disparo desde la frontal que terminó dentro de la portería. Mucha suerte en un remate que desvió completamente Óscar Valentín, despistando a su portero. No le importaba al 7 del Sevilla. Llevaba sin marcar una eternidad. Lo celebró con mucha rabia. El conjunto nervionense se marchaba al descanso por delante. Quedaba mucha tela que cortar.
Lejeune, a balón parado
El Rayo salía a por todas, con hasta tres saques de esquina en los primeros cinco minutos, estando Fernando muy atentos en uno de ellos para evitar un remate franco. Jesús Navas había reemplazado a Rafa Mir, dejando a los visitantes sin referencias en el área. Una entrada de Lejeune sobre Óliver Torres, revisada por el VAR, pudo dejar al Rayo con diez. Gil Manzano dejó las fuerzas igualadas. Amarilla. El Rayo insistía. De banda a banda. De los García al costado de Balliu e Isi. Un centro del lateral raso al segundo palo lo enviaba Camello a las nubes casi debajo de la portería. La más clara que había tenido el Rayo en todo el partido. Quedaba mucho e iban a ir llegando los cambios. Pólvora rayista en la recámara. Y justo cuando iba a entrar RDT, segundos antes, quien pudo ver roja (Lejeune) cabeceó a la red un cabezazo en un córner. Muy solo el central para rematar. Ahora los dos podían ganar y perder. Tocaba ver quién lo deseaba más. Bryan tuvo un buen disparo dentro del área, que se marchó fuera por poco. El Rayo respondía con balones laterales sin descanso.
RDT reclamaba un penalti con vehemencia por empujón de Bryan Gil. El colegiado dejaba claro que era un toque leve. Antes había realizado su primer disparo el delantero local, que había ingresado en el segundo periodo. Isi tuvo un gran lanzamiento desde la frontal en un golpe franco directo. En-Nesyri salió en los últimos minutos y anotaba la que tenía. Por un pelo. Y RDT, al minuto, también anotaba en la otra portería, pero con la misma bandera arriba. La había tocado un recién ingresado Falcao. Eran los últimos minutos. Intensísimos. Álvaro tuvo la última con el tiempo extra cumplido. Aguantó Bono. Reparto de puntos. No le vale a ninguno. Pero sumar, hasta en los días donde creer que debías haber ganado, también cuenta.