- Estadísticas. Así vivimos el Villarreal-Celta
Benítez y Marcelino doblaron la esquina de los dulces a la vez, cada uno con su carrito, bastante vacíos los dos. En el estante, un único turrón. Tensión, miradas, amagos de arrancar a correr en la distancia. Hasta que llegó un empleado, lo cogió y se lo llevó al entrenador del Villarreal. Al fin y al cabo el supermercado es suyo. Benítez vivirá las vacaciones en descenso, esperando que Papá Noel le deje bajo el árbol los puntos que cree que ha perdido por el camino en estos meses de penurias y desdichas.
El Celta llevaba 250 minutos sin encajar gol en Liga, pero se plantó en La Cerámica como el típico equipo de la competición de tu barrio que lo único que tiene es portero. Guaita le hizó un paradón a Sorloth en el 3', el noruego tuvo otra en el 5', en el 11' Guaita hizo otro milagro ante Baena y el rechace lo estrelló Ilias en el palo. Vamos, que cuando marcó Pedraza en el minuto 13 tampoco es que pillase por sorpresa a nadie. Soltó un zurdazo al palo largo de los que acarician la red con belleza.
Pedraza no lo pudo celebrar mucho porque se lesionó poco después, pero dejó tocadísimo al Celta, que siguió sobreviviendo como pudo (es decir, a base de paradas de Guaita) hasta que Mandi empujó un balón suelto a la red en el 40' para mandar a los de Benítez al descanso con cara de "No podemos tener ni una Navidad en paz en esta casa, ni una Navidad tranquila".
Benítez hizo tres cambios al descanso para levantar un 2-0, pero a los 20 segundos se convirtió en 3-0. Soto Grado vio culpabilidad de Kevin en un traspiés de Alberto Moreno y Parejo transformó el penalti. El caso es que el plan del entrenador del Celta era bueno, como se demostró desde ahí al final, pero el peso sobre los hombros del equipo exigía un trabajo hercúleo. Douvikas cazó un balón en el segundo palo en el 52' para dar esperanzas a los celestes y Larsen, un par de jugadas después, mandó un balón bajo las piernas de Albiol que despistó a Jorgensen y espoleó definitivamente al Celta al ataque. La desaparición del Villarreal fue completa, sin que Marcelino fuera capaz de volver a unir los dos cables que habían hecho funcionar a su equipo en el primer tiempo.
Un descuento histórico
Entre golpes, brechas, lesiones y cambios, el cuarto árbitro levantó un cartel de récord: ¡¡¡15 minutos!!!. "Oye, que te ha hecho uno y cinco con las manos, que será seis, no quince", debió decirle Marcelino, que estaba flipando con la tablilla. El Celta lo intentó hasta el final, pero entrará en 2024 en descenso. Benítez, pese a salir de La Cerámica sin turrón, parece que en las últimas semanas ha ganado el crédito necesario como para empezar el nuevo año con trabajo.
Marcelino también podrá festejar tranquilo. Pese a los once goles encajados en los últimos cuatro partidos, pese a que el largometraje (pero largo, largo) que esperaba que fuese de comedia casi se convierte en cine de terror, se tomará las uvas seis puntos por encima del descenso.