LALIGA SANTANDER

Sevilla - Granada

El Sevilla hace penitencia y suma los tres puntos más importantes del año

Víctor Díaz igualó en el 88', pero el equipo de Lopetegui se repuso y anotó dos goles en el alargue

LaLiga Santander (Jornada 31): Sevilla 4-2 Granada
Actualizado

Cómo necesitaba el Sevilla sumar una victoria. Tres victorias en once jornadas en toda la segunda vuelta, sabiendo que cada tropiezo era un bocado a una renta ya desaparecida, obligaban a buscar a la desesperada una victoria que tuvo que pagar muy cara ante un Granada terriblemente competitivo y que hizo daño cada vez que pudo.

Víctor Díaz igualó en el minuto 88, destrozando las esperanzas de los sevillistas, quienes se guardaron las mejores cartas para un alargue de hasta nueve minutos. Rafa Mir colocaba la victoria a un paso, para que el Papu la redondease en el último suspiro. Emoción disparada. Incluso lágrimas de necesidad. Y todo el viernes de Dolores. Arranca la Semana Santa en Sevilla. Y ya hay uno que durante unas horas estará en la Gloria.

El Sevilla sabía que la iba la vida en el partido y que igualmente era trampa. Al Granada le iba la misma vida, o incluso más, y era quien esperaba tenderle la trampa a un rival que se desespera fácilmente cuando su fútbol no fluye. Se atasca a la mínima y en esto tampoco ayudó el planteamiento de un Lopetegui al que le piden más hombres de ataque y ahí que se lanzó. Martial y En-Nesyri no se entienden jugando escalonados. El francés lo intentó todo por su cuenta, sobre todo desde que el marroquí entendió que debía acular a los defensores rojiblancos para que apareciesen los espacios.

Aun así, los únicos ataques con peligro de los sevillistas llegarían por la banda derecha, sobre todo desde que Tecatito se cambió de costado. El mexicano no sólo tiene regate o buen pase en corto. Huele sangre en los centros diagonales y por ahí empezó a ver la luz el conjunto de Nervión.

Porque el Granada se adelantó en una indecisión de Diego Carlos. O más bien una de esas salidas bruscas buscando más la espalda del rival que el propio balón. Saque de banda que no acierta a tocar Luis Suárez (ni su alocado marcador) y Machís sale como una flecha hacia la frontal del área. Nadie del Sevilla sabe quién debe ir realmente a por el venezolano. Koundé trató de taponar el disparo pero ya era tarde. Colocó su clásico derechazo imposible para Bono. El peor de los escenarios posibles para el Sevilla y lo que había soñado Torrecilla toda a semana. Era pronto, pero ya estaba el público silbando el juego de los suyos. Era echar gasolina al fuego.

Aun así, el Sevilla se recompuso con el tanto del empate. Centro de Navas y remate totalmente libre de marca de Diego Carlos, quien se redimía de su error inicial. A partir de ahí, Ocampos, por la izquierda, encontró un buen par de balones del Tecatito que no supo transformar en verdaderas ocasiones. El equipo pedía a gritos al Papu, mientras el equipo nazarí iba a insistir en poner nervioso al Sevilla y hurgar en esa herida de la segunda vuelta.

Trabajo para la sala VOR

Lopetegui buscaba algo distinto metiendo primero a Erik Lamela por En-Nesyri, para dejar al ex del United en la punta del ataque. Quería más movilidad y distintas amenazas el técnico vasco. Pese a ello, el plan estaba claro. Abrir a los costados y colgar el balón a un área muy poblada. Y ya sin el '9' rematador, que miraba con cara de pocos amigos en el banquillo lo que sucedía en la hierba. Pese al acoso, sin ocasiones reales para los locales, mientras el Granada esperaba algún momento para salir en velocidad. En la primera que pudo correr, Machís volvía a demostrar que es un depredador del disparo a media distancia. Bono tuvo que salvar. Lopetegui se desesperaba y encargaba tres cambios.

No le gustaba nada lo que estaba viendo. El balón no salía con tres hombres en la banda. Con errores groseros de los sevillistas en la salida. Y lo que es el fútbol. Uno de los señalados para el cambio anotaba el 2-1. Lucas Ocampos aprovechaba un balón suelto tras un pase en largo de Rakitic sobre el Tecatito. El liniear levantaba la bandera y desbarataba la alegría.

Ocampos era sustituido y se negó a salir hasta conocer si el gol valía o no. Su número estaba en el cartelón y le esperaba Rafa Mir. Ortiz Arias daba gol y el argentino se volvía loco. Qué mejor forma de despedirse. Ambos entrenadores movían ficha, con un Sevilla que había hecho lo más difícil.

El Sevilla sentenciaría con gol de Rafa Mir, aunque en este caso no se lo dieron por válido por una falta previa no vista por el colegiado. Sin embargo, hay una pérdida y recuperación del Sevilla que da lugar a otra jugada. El delantero anota desde la frontal, pero Ortiz Arias lo termina anulando. Tremendo enfado de la grada. Los de Nervión llevan tiempo moscas con las decisiones que llegan de la sala VOR. El partido seguía con una intensidad altísima por lo ajustado del marcador.

Y Uzuni hizo enmudecer el Sánchez-Pizjuán con un disparo calcado al que le dio el 0-1 al Granada con Machís. La madera repelió la pelota. Los de Torrecilla no se daban por vencidos. Habían llegado muy vivos al último tramo del encuentro e iban a por todas. Arezo avisaba un minuto después, sacando Bono el balón a córner. Segundo aviso. Y en el tercero, desde la esquina, anotaba Víctor Díaz de cabeza. Subidón granadinista y tremendo enfado en el Sevilla, que vuelven a ver cómo no son capaces de reaccionar en este 2022. Daba el colegiado nueve minutos más. Un poco de oxígeno para un Sevilla que estaba medio muerto. Quedaba la genialidad del Papu. El argentino puso un centro tocado en el área, para que un Rakitic siempre inteligente cuando las pulsaciones están disparadas, dejase el balón a Rafa Mir, que en línea, remachó a gol.

Estallaba una afición medio muerta cuatro minutos antes. Papu Gómez redondeó el triunfo en el último suspiro. El Granada se quedó a las puertas de puntuar. El Sevilla respira, festeja y se emociona. Lo necesitaba demasiado.