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Cuando no se puede ganar, lo mejor es no perder, dice el tópico. La realidad es que a veces no se puede ganar, porque hay dos porteros que lo evitan. Mamardashvili y Remiro -con dos oportunas salvadas con los pies- mantuvieron sus porterías a cero y respondieron al gran nivel de sus respectivas defensas.
El tremendo golpe que se llevaron ya en el minuto 94 de partido Hugo Guillamón y Merino, para intentar ganar un balón en el área local demuestra que había que jugarse el tipo para ganar el partido.
Y así Valencia y Real Sociedad sumaron un punto que seguro que les deja insatisfechos, pero que les ayuda a seguir dando pasitos. La Real parece cerrar la herida que le había dejado la Copa con el 0-4 del Betis.
El encuentro tuvo un momento muy emotivo. La entrada de David Silva en la segunda parte. El exjugador del Valencia no había vuelto a jugar en Mestalla desde hacía 12 años cuando fichó por el Manchester City en pleno Mundial de Sudáfrica. Se hizo esperar, pero se llevó la ovación que merece.
No era fácil predecir cómo iba a reaccionar el Valencia a una semana que se había convertido en una túrmix de emociones entre el cierre de mercado, el lamento de Bordalás por quedarse sin el mediocentro deseado y la clasificación para semifinales de Copa. Y lo reforzando la estructura defensa sumando jugadores por dentro -tres centrales y trivote en el centro del campo- para tratar de frenar las acometidas de la Real.
El equipo blanquinegro arrastraba con enormes cadenas una bola de hierro que cada jornada pesaba más: los goles encajados. Ha sido el caballo de batalla del técnico alicantino que contemplaba con preocupación unos guarismos (36 en contra en 22 partidos) propios de equipos en puestos de descenso. Por eso dejar a cero la portería ante un rival que ataca con tanta fluidez resultó ser una bendición al final del encuentro.
La Real Sociedad llegaba a Mestalla tratando de estabilizar sus constantes competitivas. Porque después de 13 partidos sin perder, encadenó cuatro derrotas consecutivas y, cuando empezaba a reconocerse de nuevo en el espejo de LaLiga, con dos empates y una victoria, cayó goleada en Copa ante el Betis. Ese partido dejó tocado el ánimo del equipo vasco y también el estado físico. Por eso Imanol, seguramente por eso, introdujo también siete cambios en el once inicial, incluido el desacertado Isak, que entró en la segunda parte. Desde luego Sorloth no fue e la solución.
El Valencia estuvo más a verlas venir durante la primera parte, jugando más a la contra esperando su oportunidad para sorprender ante una Real a la que le bastaban Portu y Oyarzabal para plantarse delante de Mamardashvilii. El meta georgiano, que volvía a la titularidad desde el 22 de septiembre, estuvo muy seguro bajo palos y balones aéreos.
En la segunda mitad, con el cambio de sistema y el regreso a la defensa de cuatro, el equipo blanquinegro tuvo más presencia en elárea de Remiro que tuvo dos intervenciones decisivas con los pies, una ante Maxi y otra, a disparo de Bryan Gil.