"Mi Clásico fue peor": historias de árbitros en un Barcelona - Real Madrid contadas por ellos mismos
FC Barcelona - Real Madrid Undiano, Burrull, Díaz Vega, Muñiz, Urizar, Andújar... anécdotas a pie de silbato

Barcelona - Real Madrid, en directo El Clasico
Hernández Hernández será el árbitro del Clásico del 18-D en el Camp Nou
Cada árbitro tiene su Clásico. Algunos han arbitrado muchos y otros sorprendentemente pocos, pero todos tienen su anécdota especial en un choque entre Barcelona y Real Madrid. Son historias que ellos cuentan mejor que nadie, que liberan de todo el glamour que rodea al fútbol de élite mundial para dejar frases como: "¡¡Me giro y se me había esposado un tipo a la portería!! ¡No me jodas!". Son las películas que más veces van a contar en su vida, la intrahistoria de jugadas que todo el mundo recuerda, pero que ellos vivieron desde dentro. Y a 160 pulsaciones. Pisotones, Raúl mandando callar al Camp Nou, cabezas de cochinillo, las cosas de Pepe...
Hernández Hernández afronta un Clásico calentito, no sólo en lo deportivo sino también en lo social, con todo lo que ha pasado: aplazamiento, Tsunami democratic, horarios para recolocarlo, pancartas más o menos pactadas... Esperemos que todo vaya dentro de la "normalidad", si se puede llamar así, que siempre acompaña a los Clásicos. Que tampoco es que sea demasiada...

Manuel Díaz Vega (Asturias, 1954) pitó 9 Clásicos antes de convertirse en maestro de árbitros durante mucho tiempo en la RFEF. Ahora lo disfruta en la distancia y tiene muy claro lo que le diría a Hernández Hernández antes de pitar: "Nada. Es mejor no decirles nada más que suerte y que ellos hagan lo que siempre hacen, que son muy buenos".
En su curriculum hay jugadas muy recordadas como una mano clarísima de Sergi en línea de gol. "Eso con el VAR no me habría pasado, habría evitado ese error. ¿Que no es tan recordada? Bueno, ¡la recuerdo yo, que ya me vale!", bromea.
Mandando callar al Camp Nou
También tuvo que decidir sobre una de las imágenes más recordadas por la afición madridista. Raúl marcando y llevándose la mano a la boca, silenciando el Camp Nou. "¡Claro que lo recuerdo! Y volvería a dejar ese gesto sin amonestar. ¡Es que no era tarjeta amarilla! Fue un gesto sin más, que no me pareció irrespetuoso y no puede estar tipificado así.
Otro de sus momentos históricos fue un pique de los que ya no existen con Johan Cruyff. "Entonces se llevaban mucho los entrenadores con protagonismo", recuerda. Muy resumido: el holandés rajó en la rueda de prensa del arbitraje de Díaz Vega y él vino a decir que Cruyff era un bocazas siempre se "mea en los pantalones" en el Bernabéu.

"Después de aquello nos vimos y lo arreglamos. Incluso fuimos juntos en un viaje a Estambul en el que jugaba su hijo Jordi y estuvimos juntos sin ningún problema", desvela Díaz Vega, que desde que fue cesado en la RFEF con la sustitución de Sánchez Armínio por Velasco Carballo, asegura no sentir morriña: "No echo de menos nada de aquella vida".
Alfonso Pérez Burrull (Cantabria, 1965) llegó a pitar cinco Clásicos. "No sé si tengo demasiadas anécdotas, pero sí tres muy guapas", recuerda para MARCA entre risas. Un pasillo al Real Madrid campeón de aquella temporada y, sobre todo, el recibimiento a Figo en el Camp Nou después de su fichaje por el Real Madrid.
"Se habían repartido billetes falsos con su cara antes del partido. Recuerdo tener que entrar al estadio con la Policía porque había gente esperando al bus del Madrid para insultarles desde el principio. Se montó un follón muy importante, es imposible olvidar el ruido que había. No se escuchaba nada. Pero en serio: nada. Recuerdo dos o tres jugadas en las que me quedaba sin pulmones gritando porque nada de lo que decía me podían escuchar. Después, en la segunda parte, se relajaron un poco", recuerda.
Su otra historia para no dormir en un Clásico ocurrió durante una cumbre antiglobalización en Barcelona. "Aquel Clásico ya empezó mal: no había ni un hotel disponible ese día. Durante el partido, estoy a la jugada y me llega Puyol y me dice: '¡Que hay un tío esposado a la portería!'. Yo le dije: ¡no jodas! Y así fue. La Policía parece ser que ya lo tenía previsto y fue allí con sus tenazas, lo liberó y pensaba que ya se había acabado todo... ¡pero no! Después, en la segunda parte, iba siguiendo una jugada y se me cruzó un tipo por delante, un espectador. Yo flipaba", recuerda.

Un recuerdo positivo. "Siempre que veo la foto del pasillo me acuerdo de Puyol y Raúl. Podías tener las discusiones que fuera, pero eran muy caballerosos e implicados. Pasan los años y cada vez respetas más los valores de estos tipos".
A la nevera. "Yo fui el primer inquilino de la nevera! Tengo ese orgullo. Ahora lo veo y me gustaría tener VAR, que me hubiera resueltos muchas dudas".

Hablar de Ildefonso Urizar Azpitarte (Bilbao, 1943) en un Clásico es recordar su pisotón con el búlgaro Hristo Stoichkov. Y, más allá de eso, la historia de amistad que, contra todo pronóstico, nació a partir de allí. "Somos buenos amigos. Me invitó a Sofía y delante de muchas personas me pidió disculpas. ¡Me regaló hasta las botas con las que me pisó, el tío! Hoy esas botas están en mi salón, en la vitrina con mis recuerdos. Ahora me ha llamado que viene a Bilbao y le he dicho que venga a mi casa", recuerda Urizar para MARCA.
Y eso que este árbitro tiene a sus espaldas ni más ni menos que 12 Clásicos. El que más. Le ha pasado de todo: una vez tuvo que darle una bofetada a uno de los asistentes porque había caído en un ataque de nervios. "Luego me agradeció aquella galleta", recuerda. También una expulsión a Schuster, que llegaba al Camp Nou después de fichar por el Real Madrid. "Se hacía el remolón para sacar de centro tras un gol y yo le metí prisa. 'Saca tú', me dijo, y se la saqué: era su segunda amarilla. No he visto una bronca igual en un campo en mi vida. Le estaban esperando", recuerda. "Después me arrepentí".
Pero lo que nadie olvida es su incidente con Stoichkov. "Fue una entrada de Chendo que yo veo que no le toca. Él cae y da tres vueltas en el suelo y yo le digo que se levante, que no hay nada. Cruyff, que iba perdiendo, me dice que se la estoy liando y yo le pido que no haga tonterías. "A ver si me echas", me dice. Y le echo. Entonces llegó Stoichkov y pasó lo que pasó: me dice que tengo mucha cara, le expulso y me pisa. Yo me caí, no podía aguantar. Bakero, que estaba en el banquilo, me dijo después que le había echado mucho cuento, pero de verdad que no podía. Esto no habría pasado si Bakero hubiera estado en el campo. Él tenía mucha influencia sobre el búlgaro".

Muñiz: el pisotón a Messi y el tirón de pelo de Makelele
"A mí me recuerdan más otras jugadas que las de los Clásicos, como por ejemplo el penalti que pité a favor del Madrid contra el Elche. Ese en el que forcejeaban Pepe y Carlos la Roca Sánchez", recuerda César Muñiz Fernández (Bruselas, 1970). Él ha dirigido tres Clásicos durante su carrera, todos en el Santiago Bernabéu. Y, como pasa siempre, no está al margen de las polémicas.
"Recuerdo uno en el que Luis Enrique y Zidane estaban discutiendo con mucha vehemencia y yo, que estaba atento a eso, no pude ver bien el resto del jaleo que había alrededor. Llegó Makelele por detrás y tiro del pelo, creo que fue a Motta. Y el lío que se formó a partir de ahí fue enorme. Yo lo único que podía hacer ahí era intentar poner calma", explica a MARCA el ex colegiado.
.Y luego, claro, está el famoso pisotón en el dedo de Pepe a Messi. "Pepe aprovechó que yo estaba amonestando a otro jugador, creo que era Sergio Ramos. Yo no estaba mirando y él pisó a Messi. Sin el VAR, como tienen ahora, esa acción era muy difícil de ver. Ojalá lo hubiera tenido. Pero ni los asistentes ni yo lo vimos y aquello tuvo que terminar sin sanción, ¡qué le vamos a hacer!", recuerda Muñiz Fernández.

Alberto Undiano Mallenco (Pamplona, 1973) tiene a sus espaldas 10 Clásicos. El último, la temporada pasada, de carambola. Era precisamente Hernández Hernández el elegido, pero se lesionó a 48 horas del partido y tuvo que sustituirle, por lo que casi no tuvo tiempo para prepararlo. Había nervios, pero no tantos como en su primera vez: "Yo era muy joven, tenía 29 años y el recuerdo que tengo es salir y notar que me miraban como con incredulidad. ¿Este crío nos va a arbitrar? Pero fue todo bien, recuerdo un par de amarillas y poco más. No hubo grandes titulares ni nada de eso. Nada de lo que me pueda quejar. Ojalá hubiera sido siempre así. Y ojalá hubiera tenido VAR siempre. Sólo he tenido la suerte de disfrutarlo en uno y claramente lo prefiero".
¿Con qué se queda? "Me gustaría recordar las figuras de Raúl y de Puyol. Me ayudaron mucho en esos partidos, te dirigías a ellos y siempre intentaban poner calma. Eran dos grandes capitanes, también desde el punto de vista arbitral y yo compartí mucho con ellos".

Juan Andújar Oliver (Almería, 1948) tiene una larga y prolífica carrera como árbitro del más alto nivel. A pesar de eso, sólo en dos ocasiones tuvo la posibilidad de arbitrar un Clásico, en los que no recuerda demasiada polémica, más allá de una expulsión al central brasileño Ricardo Rocha: "Sólo habían pasado 20 minutos pero le tuve que echar por doble amarilla. Teniendo una hizo una entrada con los dos pies en plancha y no tuve más remedio que mandarle al vestuario", recuerda.
"Cruyff estaba en el Barcelona y Floro en el Real Madrid, que era un auténtico caballero, un hombre muy educado y muy metódico".
¿Y por qué no hizo más Clásicos? "Yo tenía una prensa muy dura en mi contra. Había críticos muy fuertes y con mucho poder que pensaban que era mejor no darme partidos de ese nivel tan complicado", desliza para terminar el de Almería.
Hay cientos de historias más. Tantas como colegiados lo han arbitrado. Cada uno lo vive (o lo sobrevive) como puede, pero ahí están: recordando sus anécdotas y acordándose, desde dentro, de lo que los demás sólo pudimos ver por televisión.