Odegaard: el chico especial de Zidane en 2015, la estrella de Imanol en 2020
Real Madrid El técnico de la Real es la figura clave en la 'explosión' del niño que revolucionó La Fábrica

¿Cuál o cuáles son las claves de la 'explosión' de Odegaard? El niño que "tenía algo especial" cuando se puso a las órdenes de Zidane en el Castilla en 2015 es ahora una de las estrellas de LaLiga en la Real Sociedad de Imanol en 2020. Han pasado cinco años entre uno y otro momento. Un tiempo complicado para él en el que se le llegó a perder la pista y también la esperanza de que fuese ese genio que puso en alerta a todo fútbol europeo.
Cinco años en los que Martin ha coqueteado con la etiqueta de otro 'juguete roto' del fútbol. El niño prodigio que rompió todos los records de precocidad en Noruega (debutó en Primera con 15 años y en la selección absoluta con 16) afrontaba esta temporada un órdago del Real Madrid tras tres temporadas cedido en el fútbol holandés (Herenveen y Vitesse). Tres años correctos, pero sin sacar a relucir la 'magia' que Real Madrid, Bayern, Liverpool o Arsenal, entre otros grandes que pelearon por su fichaje, estaban convencidos que tenía.
Álvaro Tejero, compañero suyo en el Castilla y ahora jugador del Eibar, asegura que Martin "tenía algo especial", pero que es normal que le haya costado sacar todo su talento, "porque cosas que hace en la Real, ya las hacía, pero no lucían igual: los pases filtrados, las conducciones, el golpeo...", apunta. "Tenía detalles de mucha clase, pero vino con 16 años a jugar a otro país, a un club como el Madrid y en una categoría muy dura como es la Segunda B. Para su formar de jugar no era lo que mejor le venía". Y eso que el chico hizo todo por adaptarse y responder a las expectativas. "Para nada era tímido. Era un chico divertido, aunque lógicamente le costaba por el idioma. Pero era muy majete, participativo y salía a comer con nosotros", recuerda Tejero.
El por entonces lateral derecho del Castilla cree que su aventura en Holanda le han venido muy bien porque se alejó del foco mediático. "Se ha hecho un hombre allí y se quitó mucha presión, que no le venía nada bien. Vino con unas expectativas muy altas y eso no es fácil de llevar", explica.
Tras la aventura holandesa, en el camino de Odegaard se ha cruzado la Real Sociedad para dar un giro de 180 grados a su carrera. Y se ha cruzado especialmente Imanol, el técnico realista. Es el gran artífice del nuevo Odegaard. Imanol le ha sacado todo el potencial a base de confianza y un trato casi paternal. "Habla un montón con él, pasan horas juntos viendo vídeos para corregir sus movimientos y su fútbol", explican en el club. Imanol se ha volcado con él y Odegaard ha puesto de su parte poniendo unas ganas de aprender y de mejorar que ha sorprendido a todos.
Luego la Real le ha sentado como un guante. Tanto el estilo de juego como los jugadores que tiene alrededor. La 'cuadrilla' de talentos encabezada por Oyarzabal, Merino o Zubeldia le viene como anillo al dedo. Jóvenes, ambiciosos y que forman una piña en la que ha encajado a la perfección Odegaard, uno más en ese grupo realista divertido, joven y familiar. Un grupo que lo ha adoptado. "El chico es un fenómeno dentro y fuera del campo, nadie puede tener una pega de él porque es un profesional y un buen chico", dicen. Todos con un hambre especial por triunfar del que se ha contagiado el noruego. "Está en la gloria aquí", concluyen en la Real.
Y la Real a su vez está en la gloria con Odegaard. Su implicación es bestial y sus números, sobre todo a principio de temporada, fueron bestiales. Ahora seguía a un gran nivel (el Bernabéu puede dar fe de ello tras la eliminación copera del Madrid a manos de la Real) y siendo protagonista de un equipo que es una de las grandes revelaciones de la temporada, con la guinda de la final de Copa que jugarán ante el Athletic. Ha pegado un cambio descomunal porque ha madurado, está aprendiendo mucho y siente la confianza de Imanol, la figura clave en el 'boom' del noruego.
Hasta el punto que Odegaard ha vuelto por la puerta grande a la vida del madridismo, para el que el joven jugador es uno de lo nombres más ilusionantes del futuro. En él ven el relevo a todo un Luka Modric, y eso son palabras mayores. Y en el club se frotan las manos porque por fin han ganado la apuesta en un momento en el que estaban a punto de tirar la toalla. Odegaard, aquel "niño especial" para Zidane que Imanol ha convertido en estrella.