El fútbol se ha convertido en algo más que un deporte. La ciencia ha pasado a ocupar una parte importante en el día día de los grandes equipos. Todo está programado, ensayado y cuidado al detalle. La preparación física no es ajena a esa evolución y ya no basta con el trabajo diario. Tras el entrenamiento matinal, las tardes han pasado a ser objeto de culto. Cada futbolista tiene su preparador físico particular y orientan la carga de trabajo a lograr su punto máximo de forma en los meses decisivos de la temporada.
El Real Madrid y sus jugadores, con pleno conocimiento de Carlo Ancelotti, son un fiel reflejo del cambio del fútbol actual, en el que nada se puede quedar en el olvido. Todo suma y el equipo blanco y sus jugadores vuelven a demostrar que llega abril y vuelven a volar física y mentalmente. Trabajo calculado y no asumiendo riesgos, en los que también se incluyen nutricionistas, psicólogos. Las recuperaciones físicas son consensuadas, pero siempre con la atenta mirada del club.
Años atrás era un auténtico sacrilegio el simple hecho de pensar que un jugador de fútbol de primer nivel acudiera a un preparador personal más allá del trabajo que el cuerpo técnico o concretamente el preparador físico, le encomendaba en el día día. Era sinónimo de divorcio con el entrenador de turno y era perseguido, pero el fútbol ha cambiado y la exigencia física se ha convertido en una máxima sin la cual el jugador está en inferioridad de condiciones con el rival.
Ahora, aquello de las horas extras y del trabajo al margen del grupo y de manera individualizada, se ha convertido en algo necesario e imprescindible. El Real Madrid no escapa a ello y la amplia mayoría de sus jugadores tienen sus preparadores personales y complementan el trabajo del día día con el que llevan a cabo con los entrenadores personales. Todo ello de la mano y de común acuerdo con el equipo capitaneado por Carlo Ancelotti y Pintus.
Entrenamientos compartidos en redes
Es habitual ver en redes sociales parte de ese trabajo, que en la mayoría de las ocasiones lo hacen en sus propios domicilios. Futbolista que se precie debe tener hoy en día un gimnasio particular en su casa. Nadie se esconde y hasta lo reconocen en público. Vinicius lo confesó nada más terminar el partido ante el Chelsea. "Todo jugador que se ponga la camiseta del Real Madrid sabe de la importancia de la Champions, y de cómo hay que llegar al momento decisivo. Para ello oriento mi trabajo en Valdebebas y con mi preparador personal, para estar a tope en el mes de abril".
Vinicius, durante un entrenamiento.
En la semana pasada fue Camavinga, el que mostró a todos los aficionados su trabajo con un juego de luces en busca de mejorar los reflejos. Asensio enseñó su gimnasio y parte del trabajo que hace de manera individual. Benzema es un habitual de esas tardes de sudor y entrega en el gimnasio que tiene en su domicilio. Rodrygo es otro de los que ha mostrado lo que hace en sus tardes libres a base de mancuernas o los baños de agua fría de Toni Kroos. Todo suma y todo aporta para que en los tres meses de competición en los que se juega todo, el cuerpo esté en perfecto funcionamiento.
El Real Madrid lleva una década mostrando su mejor pico de forma en la primavera, justo cuando la Champions aparece en su fase decisiva. No es casual. Es consecuencia de una máxima profesionalidad a la hora del trabajo diario y de la puesta a punto particular de los futbolistas. Y el que no lo hace queda retratado. Ancelotti lo sabe y participa en ello. El fútbol ha cambiado y hasta los chavales que empiezan a apuntar a posibles futbolistas de Primera ya trabajan de la mano de preparadores físicos particulares.
