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Cuando uno intenta indagar para comprender cómo fue el breve paso de Julien Faubert (Le Havre, 1983) por el Real Madrid, el silencio retumba en un vestuario (exfutbolistas, fisios...) que no recuerda al futbolista francés con demasiado entusiasmo. "Era como un fantasma por Valdebebas", fue la frase más destacada de una investigación que dejó claro que la cesión de seis meses fue la experiencia más parecida a la que viven los estudiantes de Erasmus. Asistió a casi todos los entrenamientos, sentado en la última fila y sin hacer ruido, y sus mejores momentos los regaló en un lugar al que exprimió al máximo: el banquillo.
Es verdad que al principio pensaba que era una broma
El futbolista francés llegó al Real Madrid en el mercado de fichajes invernal de 2009 tras desembolsar un millón y medio de euros al West Ham. Al mando de aquel equipo estaba Juande Ramos, que había sustituido a Bernd Schuster a mediados de temporada, con el único objetivo de dar caza al Barcelona de Pep Guardiola. "Es verdad que al principio pensaba que era una broma porque en el mercado siempre se dicen muchas cosas. Estuve un poco estresado pero es verdad que mi perfil responde a lo que buscaba el entrenador. Por eso me fichó el Real Madrid", aseguró Faubert. Y cuando el protagonista de la historia no es capaz de mostrar la seguridad en uno mismo que se necesita para aventurarse en la batalla más complicada del mundo, el final del cuento estaba escrito antes de iniciarse la primera página. Faubert emprendió un viaje conociendo el aterrador destino que le esperaba después de completarse la cesión.
Siguió los pasos de Zidane y puso la primera piedra tras su adiós a la Selección
Su fichaje fue un fracaso rotundo en el que hay que repartir responsabilidades, de diferente grado, entre tres personas: Vicente Boluda (presidente), Juande Ramos (entrenador) y Miguel Ángel Portugal (director deportivo). Este último trató de desmarcarse de una operación que será recordada siempre como una de las peores cesiones de la historia del Real Madrid. "Es potente y va bien al espacio, pero le cuesta con el balón. Le faltan recursos. Me preocupa su adaptación y su respuesta a tanta exigencia y prefiero a otros antes que a él", describió en su día en la búsqueda constante de un jugador de banda.
Es potente y va bien al espacio, pero le cuesta con el balón
Su llegada no ilusionó al madridismo, una afición que siempre encuentra algo a lo que agarrarse. Con Julien Faubert fue el sueño de volver a tener a otro futbolista que inició su carrera en la misma academia que Zinedine Zidane. Con tan solo 15 años ingresó en la cantera del Cannes, al igual que el mágico '5' del Madrid, y reinó durante varias temporadas en el Girondins de Burdeos (otra vez como la leyenda blanca) antes de recalar en el club inglés. El francés escribió los mismos primeros pasos que Zidane... pero el resultado quedó muy lejos de ser el mismo. Como anécdota, curiosa cuanto menos, quedará para siempre que Faubert debutó con Francia en el que era el primer partido después de la época dorada de Zidane, que dejaba el fútbol tras el Mundial de Alemania en 2006. "Se trata sobre todo de mi cuerpo. No quiero empezar otra temporada para jugar como en ésta o como en la pasada", se sinceró en su sorprendente retirada antes de 'iniciarse' la nueva etapa 'Bleu', que arrancó con victoria gala... y con gol de Faubert. Un partido, un gol... y nunca más volvió.
28.000 euros el minuto... y la culpa de Robben
La historia de cómo se fraguó la dichosa operación fue contada con todo detalle Yvan Le Mée, agente por aquel entonces del futbolista francés y que ahora lleva a Ferland Mendy. "Juande Ramos era el entrenador del Madrid y buscaba un extremo derecho. El año anterior, (Faubert) estaba en el Tottenham con Damien Comolli, su antiguo director deportivo. Comolli le dijo: 'estoy en el Saint-Etienne y quiero a Faubert -jugaba en el West Ham- pero no quiere venir. Cada vez que jugó contra el Tottenham (el club anterior de Comolli) fue bueno', y como Juande buscaba un jugador con el mismo perfil que Julien comenzamos las negociaciones", arrancó.
Trabajaba mucho, pero en mi posición jugaba Robben
El Real Madrid fue a por Antonio Valencia, por aquel entonces en el Wigan, pero se les salía de precio y acabaron firmando al futbolista francés. "El último día del mercado de fichajes el Madrid quería fichar a Valencia antes de que se fuera al Manchester United. Sin embargo, no lograron encontrar un acuerdo. Nosotros nos encontrábamos en el hotel esperando, esperando, esperando y pensando 'ojalá salgan mal las negociaciones con Valencia'", aseguró. Una operación donde se puede decir sin miedo que lo barato (casi) siempre sale caro.
Faubert apenas sudó esa camiseta con su nombre y el número 18 que le entregó Alfredo di Stéfano el día de su presentación (sólo fueron 53 aficionados). Una cesión de seis meses que costó un millón y medio de euros, jugó dos partidos con el Real Madrid, los dos como suplente ante Racing y Athletic y entre ambos sumó un total de 54 minutos. Es decir, que al club blanco le salió por casi 28.000 euros el minuto 'disfrutado' del bueno de Julien. Tras su adiós, Faubert explicó uno de los motivos por los que no pudo brillar en el conjunto blanco: "No tuve la oportunidad de demostrar lo que podía hacer en el campo. Trabajaba mucho, pero en mi posición jugaba Robben. Un jugador que hacía goles en todos los partidos". En su cabeza siempre quedará que el habilidoso futbolista holandés le privó de minutos... y no que su pobre implicación le dejó fuera de todos los esquemas. "Nunca he sido un jugador fino o esbelto. Yo estaba en forma, será el color de la camiseta blanca que engorda", comentó sobre su estado físico años más tarde.
El día que no fue a entrenar... y su famosa siesta
El paso de Faubert por el Real Madrid estuvo plagado de momentos estelares (fuera de los terrenos de juego) como cuando faltó sin previo aviso a uno de los entrenamientos de su equipo después de no haber sido convocado para jugar ante el Recreativo de Huelva. "Siempre preguntaba a algún jugador que hablaba inglés o a Lass Diarra qué horarios teníamos y esa vez me fui sin preguntar. Eso se puso en mi contra", fue la excusa que puso el francés (ahora se entiende el primer párrafo del texto, donde se comenta que asistió a los casi todos los entrenamientos). Y aunque Juande Ramos quiso quitar hierro al asunto, la realidad es que Faubert fue multado y no volvió a contar para el entrenador: "El chico tuvo un despiste, pero nada más. Pensaba que el domingo era día libre, como era norma natural. Ha sido un despiste, y no hay ningún problema. Sabe que hay una disciplina interna y él está dispuesto a acatarla".
Siempre preguntaba a algún jugador que hablaba inglés o a Lass (Diarra) qué horarios teníamos y esa vez me fui sin preguntar
Sin embargo, la acción que marcó la carrera de Faubert fue su 'siesta' en el banquillo del estadio El Madrigal (el actual Estadio de la Cerámica). Una obra inesperada que sacó la versión más desenfrenada del Bernabéu en la última presencia del futbolista para despedirse de un personaje único: se desplegó una pancarta en la que se leía "Gracias por todo, Faubert". El futbolista francés explicó años más tarde la surrealista escena: "Estaba enfadado porque otra vez no iba a jugar. Aquí (en la imagen) no se ve pero tenía los ojos abiertos. Da la sensación de que los tengo cerrados, pero no. El pasado pasado está. A veces hay que inventar historias para que se hable. Que afecte a mis hijos es lo que más me molesta. Que ellos sepan que esa imagen es falsa. Estaba así, mirando el partido", afirmó. En su despedida, Juande Ramos fue contundente: "Le faltaba un poco de nivel para lo que exigía el Madrid".
Sin rumbo... hasta que encontró su vocación
Tras su marcha del Real Madrid vagó sin rumbo fijo por el continente. Volvió al West Ham y pasó por Elazigsport, Girondins de Burdeos y Klimarnock antes de enrolarse en las filas del Inter Turku finlandés, su último club europeo antes de emprender la aventura indonesia en el Borneo. En 2016, regresó a los terrenos de juego para disfrutar otra vez del fútbol. A sus 35 años, Faubert fichó por el Étoile Football Club Fréjus Saint-Raphaël de la cuarta división sa. Además, fue indiscutible para Martinica, país del que se hizo internacional en 2014 aprovechando un resquicio legal después de haber jugado con la absoluta sa un amistoso tras la era post Zidane.
Tras colgar las botas, Faubert encontró su vocación. Se sacó el título de entrenador (licencia UEFA A) y empezó con las prácticas en su última casa. El exfutbolista se hizo cargo del segundo equipo Etoile FC Fréjus mientras seguía ampliando sus recursos como entrenador. "El club me dio la oportunidad de desarrollarme en la profesión de entrenador, de acompañarme en todos los cursos y sobre todo de darme un equipo", asegura Faubert.
"Yo o los jugadores, tenemos que presionar un poco. Sería dramático si la situación empeorara en el club. Entonces solo veo a corto plazo, porque así es como hay que afrontar todos los partidos", aseguró tras hacerse cargo del primer equipo (cuarta división). El equipo francés llevaba siete derrotas consecutivas y el equipo se asomaba al descenso en el grupo C del Nacional 2 (9º, 24 puntos). Faubert esperó su oportunidad... y le acabó llegando tras ser elegido para tratar de salvar al Etoile FC. La mejoría llegó con el exfutbolista francés, el el equipo terminó la temporada en la sexta posición y Faubert se ganó la renovación de su contrato para la temporada 2023-2024.