Toda orquesta necesita su director. Una persona que con su batuta ordene y afine cada instrumento futbolístico al son de la música. Que sepa gestionar los egos y personalidades variopintas de un grupo. En el Real Madrid, ese cabecilla es Carlo Ancelotti.
El italiano, erigido como capitán del navío blanco, no ha podido empezar mejor esta temporada. Cuatro victorias en cuatro partidos, solo dos tantos en contra y líder en solitario a la llegada del parón de selecciones. El técnico, en el que predomina la mano izquierda sobre la dura y la autoridad sobre el poder, ha resuelto (en primera instancia) algunos de los problemas de la pretemporada del conjunto de Chamartín como la presión pospérdida o la fragilidad defensiva.
Ancelotti y el ambiente especial del nuevo Bernabéu: "Hay algo nuevo"
Asimismo, con la victoria contra el Getafe, Ancelotti igualó a Zidane como segundo entrenador con más triunfos del Real Madrid (172). Tan solo le queda por delante Miguel Muñoz con 357. Además, la del sábado fue una de esas victorias que se catalogan como "de entrenador".
Reacción desde el banquillo
El planteamiento inicial contra el Getafe no acabó de funcionar. Los blancos se fueron 0-1 al intermedio y al técnico italiano no le tembló el pulso para reaccionar en el descanso. Sacó del encuentro a Camavinga y Fran García (del que reconoció que quizá le hubiese podido el miedo escénico fruto de jugar en el Bernabéu). En su lugar, dio entrada a Kroos y Nacho. El español paso a ocupar el puesto de central que ostentaba Alaba. Este último pasó a la banda para ejercer de lateral izquierdo. Con este cambio el Madrid ganó altura sobre el campo y ahogó más al Getafe en su propio terreno de juego.
Pero la sustitución que le dio un vuelco al encuentro fue la entrada de Kroos en el campo. El centrocampista ofreció un recital de pases y juego y transformó la imagen del Madrid. Desplegó todo su arsenal de recursos ante un Getafe que no le quedó otra que rendirse a su talento. Movió al equipo de lado a lado, estrelló un balón en el palo y filtró infinitos balones a la espalda de la defensa azulona, de esos esféricos que solo el alemán es capaz de ver aun con el paso de los años. En definitiva, el equipo mejoró y remontó en la segunda mitad y parte de la culpa la tuvieron los cambios y el entrenador.
Encajando las piezas en el rombo
Un técnico que se ha adaptado a las piezas que le han ofrecido desde la dirección deportiva, dando muestra de su capacidad camaleónica. Ha perdido a su '9' titular y ha ganado músculo en el mediocampo, por lo que optó por cambiar su mítico 4-3-3 por un 4-4-2 en forma de rombo. Ha decidido prescindir de un delantero en aras de obtener más control del balón y más altura con el rombo. Un sistema que parece funcionar en este inicio de Liga, en parte por las piezas que lo ejecutan.
La 'TCV' se ha asentado en la medular. Bellingham ha caído de pie en la posición de enganche desde donde parece omnipresente. La altura de los laterales permite tener un bastión extra en ataque. Y ante las ausencias por lesión, los recambios están cumpliendo su papel. En definitiva, Ancelotti está sabiendo sacar partido a lo que tiene, y aun con dificultades, no le está yendo nada mal: cuatro victorias en cuatro partidos para el director de la orquesta blanca.
