Asensio y Ceballos haciendo ejercicios de calentamiento
- Real Madrid. El Real Madrid presenta una nueva oferta de renovación de Ceballos
- Directo. Sevilla - Roma
Asensio tiene una oportunidad de mercado porque es agente libre. Sus dudas se han ido despejando y está cada vez más lejos del Real Madrid. Tampoco le va, pese a participar en casi cincuenta partidos esta temporada, el papel de revulsivo. Es el típico ejemplar de clase media-alta en el Madrid pero sin llegar a entrar en la aristocracia. Eso son palabras mayores. Tiene la sartén por el mango en el
plano contractual y cuenta con un mercado abierto que lo acogería con gusto: cero inversión y buen salario para el chico.
Su rendimiento son dientes de sierra en el Madrid. El club no va a hacer más por él de lo que ha hecho. Tan es así que Bellingham está al caer. Otra piedra en su mochila
. En situación parecida se encuentra Ceballos, que también se lo piensa. O Nacho que cuenta con su aval de madridismo de cuna y un rendimiento intachable. También está dándole vueltas al asunto.
Son jugadores de clase media y deberán ser sustituidos por jugadores de su misma estirpe. Y no es fácil mantener ese estatus en el Madrid
. Acostumbrados como estamos al fichajazo de turno, estos jugadores que entran y salen de un equipo tan exigente, son tan importantes en una temporada como la estrella de turno.
Puede que el Madrid haya pagado esta temporada tener un montón de jugadores desclasados y en situación parasitaria: Hazard, el eterno Mariano, Odriozola, Vallejo...
Son muchos. Demasiados. Jugadores apenas vistos, apenas utilizados y a los que se les buscará salida. En una plantilla como la del Real Madrid, al fondo hay sitio. Está bien lo de Bellingham, la ensoñación de Mbappé o, si se pone a tiro, Harry Kane.
Pero deberá vigilar, fichar y cuidar a esa segunda unidad que tan bien representan los Nachos y Lucas Vázquez
. Son importantes.
MENDILÍBAR, EL CABLE A TIERRA
Es asombroso que en una entrada como la de Acuña a Ceballos sea el propio Acuña quien se lleve las manos a la cabeza.
Esta vez, Mendilibar ha sido su cable a tierra. Y no ha dudado en utilizar la palabra macarra con toda la naturalidad
que el término permite.
Acaso la mayor virtud de Mendilibar haya sido llevar lo cotidiano al vestuario del Sevilla.
Y lo cotidiano del fútbol es correr, entregarse, tener intensidad, no hacer el tonto, respetar pero sin chuparse el dedo...
Cuando surge un técnico como Mendilibar siempre aparece la tentación de preguntarse: ¿qué haría este tío en un equipo grande? Pues ahí está la respuesta.
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