A las 0.01 de la madrugada del 1 al 2 de septiembre, el Real Madrid hizo oficial la contratación de un fantasma. Lucirá el dorsal 9 y, aunque no pisará el césped, estará presente durante toda la temporada deambulando y haciendo sonar las cadenas con mayor intensidad en los momentos en los que más se eche de menos a Benzema. En el vestuario se sentará entre Kroos y Modric, en la taquilla donde ahora luce un escudo gigante del Real Madrid que disimula la ausencia del 9, permitiendo que el 8 y el 10 se puedan mirar cuando Ancelotti dé esos onces en los que antes siempre eran nombrados y ahora no tanto.
La ausencia de un fichaje en la delantera para suplir la marcha de Karim es incomprensible. Joselu no tiene la culpa, porque Joselu no es Benzema ni le han fichado para serlo. Pero si de verdad el Real Madrid en ningún momento ha intentado fichar a Mbappé o ha estado interesado en Mbappé o ha pensado en Mbappé, no se entiende que no haya buscado una alternativa de primer nivel desde el mismo día en el que Benzema se despidió del Bernabéu.
O eso, o creían que podían fichar a Mbappé. Yo entendería más que hayan esperado por Kylian y al final se hayan quedado a dos velas que la otra opción, que es haber renunciado a un Kane o similar a propósito confiando en que la próxima temporada ese hueco lo ocupe el francés. Porque te hipoteca este año y porque Mbappé ha demostrado que no te puedes fiar de él ni del PSG, que te han hecho demasiadas veces la del heladero turco. Te ofrecen el cucurucho, te lo quitan de la mano, te lo vuelven a acercar y te la juegan en el último segundo.
Sí, el Madrid ha fichado a Bellingham y tiene pinta de fichaje del verano. Pero cada vez que un partido se atasque o cuando falte el gol, los ojos se irán al fantasma. Aunque tengas la nevera llena te acuerdas de lo que no has comprado. "Podemos cenar tortilla... ¡ah no, que no has comprado huevos!".