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Cádiz y Eibar acabaron firmando unas tablas estériles, el resultado que a priori no quería ninguno de los dos, en el primer enfrentamiento de Gaizka Garitano contra su ex equipo desde su marcha de Ipurua hace dos años... un partido trabado y con un total de ¡ 41 faltas ! Ambas escuadras buscaban meterse en la pelea por los 'playoffs', pero ninguna lo consiguió. Como mal menor, los cadistas siguen invictos en el Nuevo Mirandilla y los azulgranas, sin perder desde la llegada de Beñat San José
El partido comenzó con la sensación de que ninguno tenía ganas de estar allí. Una fría noche de lunes de marzo no les parecía el mejor plan posible a los jugadores. La primera oportunidad de peligro surgió cuando Javier Ontiveros estrelló su lanzamiento en el poste izquierdo. Parecía que el partido empezaba a coger ritmo, tanto es así que, unos minutos después, de las botas de Chris Ramos nacería la mejor jugada del partido: se marchó de Arambarri, con túnel incluido, pegado a la línea de fondo y casi sin hueco intentó sorprender a un Magunagoitia que estuvo muy atento y despejó con el brazo. El equipo de Garitano cogía ritmo.
El Eibar, lejos de quedarse atrás, quería generar peligro. Arbilla tuvo en sus botas la oportunidad más nítida para los visitantes. Su disparo colocado, desde la frontal del área, obligó a que David Gil interviniese por primera vez en el choque y lo hizo 'volando' para una espectacular parada salvadora. Y justo antes del descanso un cabezazo de Jon Bautista salió rozando el poste.
El Cádiz salió de los vestuarios con la misma idea de generar peligro. El Eibar no salía de su área, parecía que el gol iba a llegar... pero no. A pesar del mayor dominio local y las múltiples llegadas, el Eibar logró resistir la presión, manteniendo su portería a cero sin grandes esfuerzos. En la recta final de nuevo fue Jon Bautista quien lo volvió a intentar desde lejos con un zurdazo desviado, lo mismo que el último intento de Brian Ocampo.
La solidez defensiva del equipo armero, sumada a la falta de precisión del Cádiz en los metros finales, impidió que el marcador se moviera. Finalmente, el partido concluyó con un empate, un resultado que reflejó la intensidad y la lucha de ambos equipos, pero que dejó a los locales con la sensación de haber merecido más
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