Una primera parte extraordinaria se llevó por delante la historia que dice que la selección española tiene un problema serio cada vez que arranca en una Copa del Mundo. Lo advirtió Luis Enrique en las horas previas al partido, porque él sabía bien de primera mano de lo que hablaba. Solo una vez empezó con victoria en los tres Mundiales en los que participó.
Pero en el Al-Thamama de Doha la maldición dio un giro radical y España se generó un escenario que no estaba entre los más previsibles, más viendo cómo venía el Mundial para los grandes candidatos.
La excelente puesta en escena de España fue un mensaje de que la famosa presión se había gestionado de buena manera. Las dudas que pudieron generar que las dos primeras llegadas claras no fueran gol (Olmo y Asensio) duraron poco. Con tres goles, uno de cada uno de sus delanteros, España destrozó a Costa Rica, la pesadilla del mal estreno y su límite de goles en los primeros 45 minutos. Solo en uno de sus 63 partidos anteriores, el primero en el que Brasil fue el rival el 27 de mayo de 1934, al descanso había llegado España con tres goles a la pausa.
Habrá quien hable de la debilidad de Costa Rica, un equipo que se vio aplastado en cada apartado de juego, pero la historia mundialista de española dice que en los estrenos ha tenido problemas ante los gigantes (Argentina, Portugal o Brasil), pero también ante otras del perfil de los ticos (Honduras como gran desastre, en España 82 ) o de rivales cercanos a su nivel (Austria, Suiza, Nigeria...).
Cuando llegue el arranque del Mundial de 2026, si España está, se volverá a hablar de sus dudas en los estrenos. Pero se hará con la referencia de que en Qatar se puso en marcha en modo arrollador para ganar el quinto partido en su debut, una victoria que se une a las de 1934 (3-1 a Brasil), 1950 (3-1 a Estados Unidos), 2002 (3-1 a Eslovenia) y 2006 (4-0 a Ucrania).
