Hasta marzo. La siguiente parada de la doble campeona -Eurocopa y Liga de las Naciones- serán los cuartos de final de la Liga de las Naciones. Este viernes se sabrá si la ida será en Países Bajos, Croacia o Italia. A ese momento llegará la selección cargada de certezas aunque del choque ante Suiza casi se le escapase un partido que tuvo dos veces en ventaja. Casi, porque entonces apareció Bryan Zaragoza para poner la cuenta de victorias en 2024 en 14 de 17 partidos. Tenerife se lo merecía.
Una revolución histórica
Estaba cantado. Y era de justicia y de ley. Luis de la Fuente cambió de manera absoluta el once de la selección. Once cambios respecto al equipo que jugó en el Parken de Copenhague. Sólo estaba el precedente de aquel partido de junio de 2021, el de Lituania en el que hubo que recurrir a una España B vestida de absoluta a causa del coronavirus. Ese once fue distinto al de Portugal tres días antes y al que abrió la Euro ante Suecia. Ni entre el último once antes de la Guerra Civil (Suiza, en mayo de 1936) y el primero tras la paz (Portugal, enero de 1941) sucedió, porque en los dos estaba Guillermo Gorostiza. Una revolución histórica y justificada. Luis de la Fuente se ha cargado de razones para que sus jugadores crean en él. Todo lo que no fuese cambiar a todos era un error. Y eso no estaba en la hoja de ruta del seleccionador. Tanto que también premió a Robert Sánchez para que jugaran todos los porteros en esta ventana.
La fábrica de pivotes
Es la posición en la que todo se cuece, en la que el fútbol crece en ataque y desde la que el equipo se organiza para defender. La que marca cómo y a qué se juega. Y ahí España es una selección privilegiada desde hace tiempo: Senna, Xabi Alonso, Busquets, Rodri, Zubimendi y ahora Casadó. Es verdad que el partido carecía de la intensidad del valor de los puntos, pero el catalán demostró tener tablas de jugador hecho. Ante él tenía a centrocampistas de primer nivel como Xhaka y Freuler, pero Marc jugó con la frialdad y descaro de quien ha dado lecciones en el Bernabéu o ante el Bayern. Tiene 21 años. Como Pablo Barrios. Hay países que para sacar centrocampistas de primer nivel necesitan décadas. España podría exportar, pero, por fortuna, eso no pasa en el fútbol de selecciones. El Tenerife, Casadó dejó la impronta de un pivote preparado para alargar la lista.
Gol de Canarias
Fue caer Morata, señalar el árbitro el punto de penalti y la grada rugió para que lo lanzara Pedri. El capitán cogió la pelota pero cedió al clamor popular, como si fuera un emperador romano en el Coliseo. El regalo no salió bien, porque Pedri se topó con las manos de Mvogo. Pero día de fiesta para los canarios y fue uno de los suyos, aunque grancanario, el que mandó la pelota en la red para desesperación del meta suizo. Porque Yeremy Pino tuvo la fe en la jugada a la que renunciaron los zagueros helvéticos.
Juega igual con cualquiera... porque no son cualquiera
La selección acabó el partido en Tenerife con un equipo inimaginable hace un año aunque se pensara en un partido intrascendente o un amistoso de poco nivel. Robert Sánchez, los dos Bryan, Cubarsí, Mingueza, Casadó, Samu, un Pedri recuperado para la causa... El gol de Bryan Gil fue otro mensaje al mundo de que esta selección española anda sobrada de jugadores, de que con jugadores de la unidad B o C es capaz de divertir, divertirse y ganar. Es un mensajes tremendo para los rivales.
Fabián, su racha y Bryan Zaragoza
Ya son 35 partidos de Fabián Ruiz con la selección española y la palabra derrota no aparece en su vocabulario. Aún le queda, pero el mejor arranque de un jugador de la selección empieza a dibujarse delante de los ojos del centrocampista del PSG. Los 37 que sumó Julen Guerrero se acercan a la historia de Fabián. Y eso que él mismo puso en riesgo es racha al cometer el penalti con el que Suiza hizo el 2-2. Pero ahí estaba Bryan Zaragoza para inventar en le área ser derribado y dar la victoria a España desde el punto de penalti.
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