Pedro Rocha, durante un reciente acto de patrocinio en la Federación
Mañana sábado se cumplirán tres meses desde que Luis Rubiales, aquel que había venido para democratizar el fútbol en general y la Federación Española en particular, cesó de un plumazo a todos sus vicepresidentes menos a uno para utilizarle de testaferro y seguir controlando a su antojo la FEF después de que el Consejo Superior de Deportes le suspendiera por el escándalo del beso a Jenni Hermoso. E
se voto de confianza a Pedro Rocha ya invitaba a la desconfianza. Sin embargo el recién nombrado presidente interino tranquilizó a los barones de las territoriales diciéndoles que no se presentaría a las elecciones
, que él estaba allí de paso. Lo mejor de todo es que algunos le creyeron.
Desde entonces lo único que ha pasado ha sido el tiempo, no Rocha, quien sigue sin poner en marcha la convocatoria de elecciones porque, ¡oh, sorpresa!, le ha cogido una repentina querencia a la poltrona y a todos los privilegios que conlleva
. Los crédulos presidentes que le dieron su apoyo para dirigir la Comisión Gestora ya se han dado cuenta de la jugada. Eso de tender puentes y retomar el diálogo con los principales actores del fútbol, entre los que destaca su acercamiento a LaLiga que preside Javier Tebas, se antoja una excusa, un señuelo, como denuncia un presidente.
Lo que en realidad está haciendo el delfín Rocha es trabajarse su posible candidatura para presentarse a las elecciones.
De ahí sus movimientos con LaLiga, la UEFA, la Liga Femenina o el Sindicato de Futbolistas.
Rocha anda recabando apoyos porque ya está en campaña electoral. Quiere ser el nuevo amo del cortijo.
Y lo está haciendo sin dar explicaciones a sus compañeros de la Comisión Gestora
, de la que por cierto Florentino Pérez y Joan Laporta dimitieron hace dos semanas en vista de la denuncia presentada por Miguel Galán (presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol), en la que acusa de prevaricación a los de esa Junta Gestora por no haber convocado elecciones de manera inmediata después de la dimisión de Luis Rubiales el 10 de septiembre.
También ha denunciado este inmovilismo de Rocha el CSD
,
que la semana pasada envió una petición al Tribunal istrativo del Deporte (TAD) para que obligue a la Junta Gestora a acelerar el proceso electoral en la Federación
. Víctor Francos quiere que se inicie como muy tarde en enero, pero sus temores iniciales con Rocha se han confirmado:
la gestión de la organización del Mundial 2030 junto a Portugal y Marruecos le está concediendo al presidente interino la popularidad, la posibilidad y los os para ir consolidando su candidatura
.
Si algo queda claro con este episodio es la
necesidad urgente de regenerar las anquilosadas y clientelares estructuras federativas del fútbol en particular y del deporte español en general
. El fútbol necesita pasar página de su reciente y escandaloso pasado cuanto antes.
Tiene que airearse, sanearse y modernizarse. Y eso pasa por elegir un nuevo presidente con un perfil diametralmente opuesto
al de los Pedro Rocha, Salvador Gomar o Paco Díez. Que son más de lo mismo.
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