"Queridos Reyes Magos..."
Sevilla FC El Sevilla vuelve a padecer su falta de desequilibrio, por nombres e idea de juego

El Sevilla parece haber perdido el camino que antaño le dio tanta solvencia como local. Hace más puntos fuera que en Nervión, algo meritorio. Pero son ya demasiadas las veces que el equipo debe remar sin descanso para tratar de sacar los partidos adelante y muchos se le terminan atragantando. Todo por la falta de eficacia arriba, cuyo padecimiento ha terminado contagiando al propio estilo del equipo y al director de su orquesta, un Julen Lopetegui que no sabe cómo darle una vuelta de tuerca al equipo. El mercado se acaba de abrir. Ahí hay una solución, siempre que el entrenador comulgue con esa idea.
Porque la primera mitad del conjunto andaluz fue para verla en vídeo varios días y asistir a los errores que viene cometiendo una y otra vez en el Sánchez-Pizjuán. El técnico se empeña en colocar de inicio a Óliver en la banda para cubrir la ausencia de Nolito. No quiere desmelenarse. Piensa que el control le da estabilidad y es lo contrario. El Sevilla se marea solo y no termina por entrar en los partidos al no verse capaz de superar las distintas líneas de presión que le proponen los rivales. No hay desmarques. O contados. Y cuándo los hay no existe un segundo receptor de la jugada. Todo debe ser tan perfecto que termina muriendo.
Con la entrada al campo de Luuk de Jong se activó el mejor Sevilla, el que es capaz de entrar por banda -la izquierda vuelve a ser infrautilizada- y mata en el punto de penalti. Al delantero holandés parece que le hacen falta los tirones de oreja para salir a la verdad. Lo hizo casi todo bien. Le faltó lo de siempre, el gol. No tiene fortuna. Mandó un balón de gol a la madera.

Mercado de enero
Chicharito, en cambio, sigue sin tener minutos. Mientras que Dabbur y Rony Lopes, dos fichajes de este año, vieron el partido desde la grada o el sofá. A la dificultad del equipo nervionense a la hora de hacer gol y alocar los partidos, se le añade la nula confianza de Lopetegui en ciertos jugadores, lo que deja las posibilidades ofensivas del Sevilla bajo mínimos.
Monchi ha tomado nota durante estos meses. Ya ha hablado con el entrenador y están pendientes del mercado. Ambos han detectado cuál es el problema sevillista en casa, que no es otro que hacerse previsible. Los rivales tratan de cerrarle su costado derecho y le contragolpean por el izquierdo. Y, por supuesto, que el equipo necesita demasiadas ocasiones para llevarse los puntos. El Sevilla siempre camina con el agua al cuello. Y así se escapan los puntos.
La carta a los Reyes Magos de Lopetegui es escueta pero concisa. Monchi también le ha escrito la suya. Falta que el regalo sea oro (para poder invertir), porque de incienso y mirra hay excedentes de años anteriores.