- Diego Alonso. "Hay que tragar y seguir insistiendo"
Una jornada más. Un partido más del Sevilla y misma decepción. No completa, debido a ese gol anulado al Villarreal en el alargue, que podría haber supuesto el adiós de Diego Alonso. Un punto que salva aparentemente los muebles para el entrenador uruguayo, quien sigue contando con el apoyo incuestionable de un director deportivo que empieza a sufrir el desgaste de esta apuesta y el refuerzo constante hacia un técnico con unos paupérrimos números al frente de la nave nervionense.
Ocho jornadas de Liga sin ganar suma ya el Sevilla, seis de ellas desde el cambio en el banquillo, además de haberse despedido de la Champions con tres derrotas consecutivas. Casi nada. Y para azuzar más el ánimo encolerizado de la grada, esta tarde (18.00) se celebra la Junta de Accionistas anual del Sevilla. Nada cambiará en quiénes ostentan el poder y quién sigue ejerciendo oposición, lo que provocará protestas durante la tarde en la puerta del hotel donde se celebra dicha reunión.
Muchos frentes abiertos para un club que se va desangrando lentamente. Para evitar cualquier señalamiento público y, también, por lógica deportiva y de empresa, se le encargó a Víctor Orta que fuese él el encargado de contratar al sustituto de Mendilibar, con unas premisas básicas en cuanto a la duración del contrato y al coste. El madrileño no dudó en Diego Alonso. Sin embargo, nada ha salido como se pretendía. El desgaste sufrido por el charrúa es bestial, debido a unos resultados que le dejan en mal lugar y que cualquier entrenador del Sevilla de este siglo no hubiese soportado. Diez partidos en el banquillo y una victoria ante un equipo amateur en Copa del Rey. Ya está. La lucha por la permanencia en Liga cada día es más real. Y nadie parece querer volver a la casilla de salida.
El actual consejo de istración lleva las últimas semanas centrado en todo lo que concierne a la Junta de Accionistas, cuyo principal atractivo era saber si del Nido Benavente podría votar con las acciones a su nombre o de su familia. Nada. Un juez denegó el pasado jueves las medidas cautelares para que pudiera ejercer este derecho al voto, al tener agrupados sus títulos en diferentes acuerdos firmados entre 2018 y 2019. No podrá votar en contra del cese del consejo ni nombrar uno nuevo, aunque en otros apartados hará ruido, como el hecho de no aprobar unas cuentas económicas con cerca de 20 millones de déficit, que se unen a los de años anteriores, superando en este tiempo los 80 millones en rojo.
El pasado año no se aprobaron las cuentas y auditores exteriores ya han alertado de ello. Segundo año donde tampoco se dará luz verde al ejercicio económico pasado. La actual política del club es reducir masa salarial y coste en la primera plantilla. Todo tiene su tiempo. Y en cuanto pase esta jornada de fuego cruzado, Del Nido Carrasco será nombrado en los próximos días presidente, en sustitución de Pepe Castro, como venía comprendido en un acuerdo de ocho años entre los grandes accionistas. Se cumple la mitad del mismo. Un cambio de poder que no varía nada la senda marcada por el club (el vicepresidente actual ya ejerce de puertas para adentro de máximo mandatario en las decisiones relevantes). Todo esto en los despachos. Inmovilismo. Como en el banquillo y la hierba. El Sevilla le da una patada a seguir a su presente. Su futuro se presenta con un gran signo de interrogación.