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Aunque Víctor Orta continúa trabajando con normalidad en la dirección deportiva del Sevilla, su adiós parece inminente. Mientras lleva a cabo las gestiones para que Imanol Alguacil sea el próximo entrenador blanquirrojo, el club negocia paralelamente con Antonio Cordón, a quien le ofrece ser el nuevo máximo responsable del área deportiva. Sin embargo, Orta tiene contrato en vigor hasta 2026, una situación que debe resolverse antes de oficializar la llegada de su sustituto. Tras dos años de proyecto con el madrileño, es momento de hacer balance.
En junio de 2023, el Sevilla anunció la contratación de Víctor Orta como relevo de Monchi, que dejó trabajo adelantado con los fichajes de Badé, Gattoni y Pedrosa, lo que condicionó la primera planificación sin él. Aun así, su sucesor gastó 20 millones de euros en Sow y Lukébakio, trajo cedido a Soumaré y firmó a Nyland y Mariano como agentes libres. Para cuadrar las cuentas vendió a Bono, Rekik y Corona por algo más de 26 millones de euros y rescindió los contratos de Papu Gómez, Idrissi y Rony Lopes. Además, ante la falta de un defensa de garantías, la directiva impuso la incorporación de Sergio Ramos.
En enero de 2024, la plantilla del Sevilla se debilitó con las salidas de Fernando y Rakitic, pero liberó dos de los sueldos más altos. Las cesiones de Agoumé, Mejbri y Véliz aportaron poco y solo el mediocentro francés convenció para seguir en Nervión por 4 millones de euros. Los sevillistas se quedarían fuera de competiciones europeas por primera vez en doce años.
"Me considero en mi mejor momento como director deportivo y va a ser mi mejor verano", aseguró Orta en junio del pasado año. Entonces fichó a Peque (4 millones), sumó otros tres refuerzos libres (Ejuke, Álvaro, Iheanacho), tres cesiones (Barco, Lokonga, Saúl), rescindió otros tantos contratos y realizó algunas ventas importantes como la de En-Nesyri (19,5) o la de Ocampos (7,25), a la que se añadiría la de Montiel en invierno (4,5). Pese a que en esta última ventana de transferencias invirtió 8 millones en Rubén Vargas y Akor Adams, la temporada ha rozado la tragedia.
Puntos positivos
Desde su llegada al Sevilla hace dos años, Orta ha recortado los costes del primer equipo casi 100 millones de euros, pero debe seguir reduciéndolo en más de 40 millones de euros, ya que el club tiene el límite salarial más bajo de toda LaLiga. En traspasos de jugadores acumula un saldo positivo de 24 millones de euros, después de ingresar cerca de 60 millones e invertir 36. También ha ahorrado dinero en sueldos mediante numerosas rescisiones y ha rejuvenecido considerablemente la plantilla. Entre sus aciertos en fichajes puede contarse a Lukébakio y, en menor medida, Nyland, Agoumé y Vargas.
Puntos negativos
La impopularidad de Orta ante la afición del Sevilla se debe principalmente a dos aspectos: el entrenador y los delanteros. Destituyó a José Luis Mendilibar y se lanzó a por una apuesta muy arriesgada como Diego Alonso. La etapa del uruguayo fue desastrosa, así que el Consejo de istración lo cesó para llamar a Quique Sánchez Flores. Su siguiente técnico sería Xavi García Pimienta. Si bien el catalán tenía al equipo relativamente tranquilo, incluso tras una racha pésima de resultados, su relación con la cúpula y parte del plantel se deterioró hasta el punto de ser despedido. En cuanto a los delanteros, Orta lo ha intentado con Mariano, Veliz, Iheanacho y Akor Adams, sin que ninguno haya marcado un solo gol en Liga.
Presente y futuro
En estos dos años con Orta, el Sevilla ha firmado sus peores temporadas en el presente siglo, librándose por un punto del descenso de categoría. También es cierto que el madrileño ha convivido con un ambiente irrespirable contra la directiva, un marco económico delicado y la alargada sombra de Monchi. Para el curso que viene tiene atada la renovación de Álvaro Fernández por dos años y el fichaje de Alfon a coste cero. Su última operación en marcha es concretar la llegada al banquillo de Imanol Alguacil, opción que puso encima de la mesa por delante de José Bordalás. En vista de las conversaciones del club con Antonio Cordón, el proyecto a tres años con Orta podría finalizar antes de tiempo.
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