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El hecho de que no marque goles siendo el delantero centro del Valencia ha pasado a ser anecdótico. El problema de Maxi Gómez es más profundo. En San Mamés cometió otra indisciplina que le cuesta muy cara al equipo. Expulsarse sin saltar al campo por ir contra los colegiados en el túnel de vestuarios es la gota que ha colmado el vaso.
Maxi vio la roja directa en el descanso en el túnel de vestuarios y ha sido sancionado con dos partidos, que cumplirá en Copa perdiéndose una hipotética final. Bordalás pierde un elemento que había utilizado en los últimos partidos de forma residual, pero con una ligera mejora de rendimiento. El golpe a su credibilidad es casi definitivo. Bordalás ha tenido mucha paciencia con Maxi, pero parece haber tocado fondo.
Primero llegó el problema de su posición en el campo. El técnico lo quería más cerca del área y Maxi salía demasiado de la misma. Lo sentó en varias ocasiones y el técnico llegó a decir. "Es un chico inteligente y seguro que entiende lo que le estamos pidiendo".
Con el puesto ya perdido, en favor de Guedes y Hugo Duro (Marcos André tampoco participa demasiado), el uruguayo se cayó de un par de convocatorias (junto a Koba) por no cumplir con el peso exigido. Bordalás lo mandó a la grada, pero le dio una nueva oportunidad.
Sin embargo, expulsarse sin saltar al campo por una protesta en el túnel de vestuarios es ya demasiado para el entrenador. Con una plantilla muy justa, perder un jugador de las características de Maxi por este tipo de cosas es una barbaridad. La debacle del uruguayo, que también ha perdido su puesto en la selección, parece no tener fin y el club quiere venderlo como sea en verano para darle el puesto a Joselu. Será complicado que lleguen grandes ofertas.