Valencia registraba a las 18:00 horas del sábado 17 junio 29 grados, el valor más alto de todo el mes de junio. A esa misma hora un numeroso grupo de aficionados le tomaba la temperatura el valencianismo. No era fácil echarse a la calle en el último sábado de primavera con un sol que caía a plomo sobre el asfalto los coches y los transeúntes.
La afición del Valencia respondió. Unos 15.000 según alguno de los organizadores y poco más de 5.000, según la policía. Lo cierto es que la convocatoria tardó en arrancar y a las seis de la tarde no habría más de 3.000 personas en la plaza Manises, junto a la Generalitat. Pero durante el recorrido se superaron los 5.000 en otra exhibición de expresión popular del valencianismo. Y habría que olvidarse del número. Había valencianistas de todo tipo. Ejecutivos de éxito, padres primerizos con bebés en brazos, personas que superaban los 90 años, estudiantes, jubilados... y el recorrido se convirtió en un nostálgico desfile de camisetas de todos los tiempos del Valencia. Irremediablemente, recordaban un pasado mejor que el actual y muchos de ellos vivieron el duro descenso de 1986.
Libertad VCF el grupo de oposición más firme, y que se mantiene más activo, a a la gestión de Peter Lim, había convocado una manifestación que, durante la temporada, quedó en suspenso por la delicada situación del equipo, en peligro de descenso. La primera y última vez que los aficionados decidieron quedarse en la calle hasta el minuto 19 de un partido fue contra el Athletic, el 11 de febrero. Fue el último partido de Voro y después, llegó Baraja con un efecto aglutinador que entendieron hasta los aficionados más hastiados de estas nueve temporadas con Meriton como principal accionista del club.
Los cánticos más repetidos durante la marcha ya se han escuchado más de una vez en otras manifestaciones: "Que se vaya"; "Peter, vete ya", "Lim go home"; "Layhoon Chan, mentirosa". Pero también hubo consignas contra el director corporativo, Javier Solís, y el director deportivo, Miguel Corona, los dos ejecutivos nombrados por Layhoon Chan con la ostentosa denominación "local management". Por supuesto, también hubo mensajes y abucheos contra las instituciones públicas y contra Caixabank, sin olvidar las menciones al agente Jorge Mendes, socio de Peter Lim cuando desembarcó en el Valencia.
En febrero habían sido los propios responsables de Libertad VCF los que entendieron que había que frenar las protestas hasta que el equipo se salvara, para no desviar ni un gramo de atención de lo urgente en Mestalla. Pero no hubo salvación hasta la última jornada y eso impidió que los aficionados pudieran exhibir la fuerza de su hartazgo en Mestalla.
Por eso, el escenario ha sido otro bien distinto. Con el lema 'Juntos por el futuro del Valencia. No le fallaremos al escudo', Libertad VCF trataba de movilizar a miles de seguidores para una marcha cívica de protesta que dio comienzo a las 18 horas en el Palau de la Generalitat. Después, el río humano se trasladó lentamente hacia el Ayuntamiento, donde pocas horas antes se había efectuado el cambio de Gobierno local. Y después, continuó hasta la sede Caixabank, principal acreedor del club, y al que se señala como propietario de la llave que abra la puerta de salida de Peter Lim. A las tres instituciones se las considera fundamentales para activar mecanismos legales y económicos que pueden servir como forma de presión al máximo accionista para poner en venta el club.