Aficionados del Valencia, en la grada visitante del Bernabéu.EFE
- Estadística. El Valencia no recibía cinco goles desde el estreno de Celades en 2019
- Baraja. "Aquí se puede perder, pero no de esta forma"
Se ha extendido en las últimas horas un vídeo grabado en el minuto 75 del partido entre Real Madrid y Valencia en el que se enfoca a los aficionados ubicados en la grada visitante del Bernabéu. "¡Madridista el que no bote es!", se les oye gritar mientras saltan y ondean banderas y bufandas. El objetivo se mueve entonces hacia el marcador: 4-0. La imagen se ha ido replicando y compartiendo bien pa
ra ridiculizar la escena bien para alabarla, indistintamente. El
Valencia
estaba sufriendo un
vapuleo
que hacía muchos años que no se veía. Pero los aficionados valencianistas tenían ganas hacerse escuchar entre más de
72.000
espectadores locales.
Hay muchos más vídeos, desde la misma grada visitante o desde el césped, que muestran a los valencianistas entonando cánticos que suelen escucharse en
Mestalla
. Lo normal en cualquier estadio y con cualquier afición visitante... salvo por el momento del partido.
Es posible que alguien pensara que el
4-0
y los 'olés' en jugadas de interminables posesiones del
Madrid
iban a socavar el ánimo de los que habían pagado
70
euros por una entrada para ir a ver su equipo en el
Bernabéu
.
Igual que
Carvajal
estaba en su derecho de
pedir a sus compañeros que marcaran ocho -o 'otro' como ha matizado-
, el aficionado del
Valencia
estaba en el suyo de reforzar su identidad negando la del rival. Tan denostada tantas veces por su elevada exigencia o por su falta de paciencia, la afición
blanquinegra
canta perdiendo
4-0
y también aparecen censores. Pónganse de acuerdo, por favor.
Y es comprensible que
la distancia difumine
la línea del horizonte. El valencianismo es hoy en día capaz de
sentirse engañado por un propietario -Peter Lim-
que ha encogido el
proyecto deportivo
y, a la vez,
orgulloso
de un
equipo inexperto
, justo de calidad individual, pero con un
compromiso emocionante
, como viene demostrando este curso.
Hay además un entrenador que ejerce de
líder espiritual
.
Baraja
, que vivió como jugador los mejores años del
Valencia
, no se cambiaría ahora por ningún otro técnico del planeta. Es una de las pocas consecuencias positivas de la amenaza del descenso del curso pasado. Una amenaza que provocó que se escuchara
"¡A Segunda, oé!"
en el
Real Madrid - Valencia
disputado el pasado mes de febrero. No están en el
Bernabéu
para dar lecciones: ni de cánticos, ni de estados de ánimo.
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