Tras un día sin errores, Jon Rahm se fabricó media oportunidad para ganar el pomposo The Tour Championship, el torneo con el que concluye la temporada en el PGA Tour y cuyo ganador final recibe un cheque al mejor de curso por valor de 15 millones de dólares.
En el día del movimiento firmó 66 golpes, con cuatro birdies, dos en los dos últimos hoyos, y enmendó parte de lo que había retrocedido el sábado. Le faltó recuperar algo de terreno a Dustin Johnson, inspiradísimo y que firmó un 64, la mejor tarjeta del día junto a Berger. A falta de la última ronda, el de Carolina del Sur aventaja en seis golpes a Jon, el doble de la distancia que le sacaba DJ hace una semana en el BMW.
"Cuando empiezas a pensar demasiado mientras estás en el campo, no fluye el juego. Al menos a mi me pasa eso y es lo que me ocurrió el sábado", contó Jon. "No me sentí tan mal, pero dudé un poco, no las dejé muy cerca y así no podía meter putts".
El doble ganador este año en el PGA Tour echaba sus propias cuentas. "Suponiendo que acaba en 18 bajo par -se fue hasta 19- necesito un 64, que eso no es fácil, y que él no tenga un buen día. Pero lo único bueno que tengo a mi favor es que estamos aquí para ganar, así que mañana tengo luz verde para todo. Solo tengo que ser agresivo y, con suerte, pegarle bien a la bola y poder meter tantos putts como sea posible".
Poco materialista
Ante el suculento premio que hay en juego, a Rahm le preguntaron sobre qué se compraría con tanto dinero. "No soy mucho de malgastar. La última vez que gané una gran cantidad de dinero y me compré algo fue una XBox. Posiblemente lo guardaría porque no se sabe qué te deparará el futuro. Te puedes lesionar y no volver a jugar. No soy muy materialista. Debería pensar, si tengo hijos, en pagarles una universidad y que ellos a sus hijos también se la pudieran pagar", expresó.
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