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Después de su sensacional actuación el viernes firmando una tarjeta de 62 golpes en el divertido y a la vez complicado Congaree Golf Club de Ridgeland, en Carolina del Sur, a Jon Rahm (-12) le ha tocado sufrir este sábado. Pero lo que para la mayoría de jugadores habría supuesto un resultado elevado que le despidiera del torneo no forma parte del manual de instrucciones del campeón de Barrika, que ha logrado aferrarse una vez más con uñas y dientes a la zona alta de la clasificación para mantener intactas sus opciones de triunfo.
El español, si quiere ganar esta CJ Cup, tendrá que remontar, eso sí, ante uno de sus mayores rivales en el circuito, el noirlandés Rory McIlroy (-13), quien además de su 23ª victoria en el PGA Tour intentará salir mañana de Carolina del Sur convertido en el nuevo Número 1 del ranking mundial de golf, puesto que ocupó en varias etapas durante un total de 106 semanas a lo largo de su carrera deportiva y que cedió por última vez el 19 de julio de 2020... precisamente ante Jon Rahm.
El de Barrika, después de un comienzo ilusionante de 'moving day' con birdie a su segundo hoyo del día, empezó a sufrir en los greenes. No estaba jugando mal desde el tee ni con los hierros, pero le costaba generar opciones claras de birdie y cuando lo hacía, no acertaba a rematarlos. Sin embargo, un bogey en el 8 empezó a ponerle cuesta arriba su vuelta. Falló desde el tee del 10, encontrando el bunker, y no pudo firmar el 'up&down', segundo bogey. Y en el 11, después de no alcanzar la calle, volvió a errar con el putter para el tercero.
Parecía que Jon se estaba desconectando por completo del torneo, con McIlroy y Kurt Kitayama (-12) peleando por el liderato. Pero como de costumbre, el español tiró de ambición con un buen birdie en el 12 buscando el green de dos, sacó otro birdie más al par cuatro del 15 en el que sólo un mal bote le impidió cazar el green de un solo golpe desde el tee. Y en el 16, después de fallar la salida por la derecha, se vistió de Seve con una recuperación por encima de los árboles donde parecía no tener tiro para terminar salvando un par 'imposible'.
En el 17, después de fallar por la derecha y encontrar de nuevo la arena, sacó a relucir su mejor versión con un hierrazo al centro del green fabricándose una opción de birdie desde siete metros que embocó por todo el centro para escalar hasta el segundo puesto empatado. Y en el 18, tras una buena salida a la parte izquierda de la calle, salvó sin problemas el obstáculo de agua y sólo la falta de fuerza en su putt desde ocho metros, que llevaba una línea impecable, le impidió marcharse al hotel como colíder de la clasificación.
McIlroy, jugando por delante, basó su vuelta en dos extraordinarios eagles a los pares cinco del 4 y el 12 y, pese a un final repleto de errores, jugará el partido estelar del domingo junto al surcoreano K.H. Lee (-12), brillante este sábado con una vuelta de 66, y Kitayama. Para recuperar el trono del ranking mundial el norirlandés necesita ganar y que Scottie Scheffler (PAR), que actualmente es 47º empatado a 13 golpes del líder, no termine segundo o segundo empatado (lo que sería casi un milagro); o quedar 2º en solitario y que el actual Número 1 quede por debajo del 34º puesto en solitario.
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