Billy Horschel tiene cada día más cara de jugador Ryder y nos basamos para decir esto tanto en sus resultados como en su actitud en el campo. Es el tipo de golfista que Keegan Bradley necesita en Bethpage Black el próximo mes de septiembre. Sin duda es de esas personas que conectaría con el apasionado público que se dará cita en el campo neoyorkino. Por citar algunos de sus méritos, fue segundo en el British Open el año pasado y después ganó el BMW PGA Championship. Actualmente es vigésimo del ranking mundial y viene de ser cuarto en el Valspar.
Ahora también hay que apuntar un pequeño hito en el currículum de Horschel. Junto al equipo de Atlanta Drive (Justin Thomas, Patrick Cantlay, Billy Horschel y Lucas Glover) se ha proclamado campeón de la liga indoor por equipos denominada Tomorrow League Golf (TGL). Como añadido, destacar que se mostró muy impetuoso durante todo el partido que enfrentaba a su escuadra con los New York Golf Club (Xander Schauffele, Matt Fitzpatrick, Rickie Fowler y Cameron Young) y que les dio el título. Se llevaron el premio de 9 millones de dólares para los primeros clasificados.
Un enfervorecido Horschel tiró del carro de Atlanta Drive, pero hubo un momento que marcó el partido final. En el hoyo 14, Billy habló con su capitán –Justin Thomas- antes de tirar un putt decisivo que era cuesta abajo y estaba a cinco metros y medio del hoyo. Conversaron sobre si debían usar uno de sus comodines -denominados ‘hammer /martillo’-, con el fin de que el hoyo valiera dos puntos en lugar de uno, o incluso tres si New York quería subir la apuesta. “Si aceptan el hammer, meto el putt”, le dijo Horschel a JT. No aceptaron, pero el putt que embocó, para dos puntos, fue espectacular y el público del SoFi Center enloqueció.
Quien siga la actualidad del golf, quizá también sepa que el domingo pasado Horschel pegó el golpe del año durante la última ronda del Valspar Championship. El segundo tiro del jugador de Florida en el hoyo 5 (par 5), se quedó en el rough cerca de un árbol. Incapaz de adoptar una postura correcta con la mano derecha, optó por girar y colocarse como zurdo. Desde 115 metros, Horschel ejecutó un swing casi perfecto y su golpe de aproximación se quedó a unos nueve metros del hoyo. El colmo es que metió el putt para birdie.
El espectacular golpe de zurdo de Horschel.
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