Después del US Women’s Open que concluyó el domingo en Erin Hills, muchos habrán tomado buena nota de quién es Julia López Ramírez. La ‘rookie’ española de 22 años fue decimonovena finalmente en el Major estadounidense, en la que era su primera participación en el mismo. La joven golfista malagueña jugó en el partido estelar con Majar Stark, a la postre ganadora del torneo, pero un triple bogey en el hoyo 18 le impidió mantenerse dentro del ‘top 10’.
Julia, que se encontraba en el puesto 440 del Ranking Rolex, sube 160 puestos de golpe y es ahora la número 280 del mundo. Cabe recordar que la golfista formada en la Universidad de Mississippi State finalizó vigesimonovena en el pasado British Open en St. Andrews, por lo que su rendimiento en las grandes citas es sobresaliente dada su escasa experiencia en eventos de esta magnitud competitiva.
De hecho, la jugadora de Benahavís destacó tras su ronda final, en la que hizo 79 golpes, que disfrutó compitiendo al máximo nivel: “Me gusta mucho jugar bajo presión, es algo que he disfrutado mucho, jugar con tanto público ha estado divertido. Mentalmente creo que soy dura y creo que por ahí puedo sacar mucho de mí”. Julia, se queda con lo aprendido: “El juego está ahí, he luchado todo lo que he podido, he tenido muchos botes en los que he tenido mala suerte, putts que no han entrado… Ha sido una ronda que no me esperaba pero he luchado y me llevo la experiencia de este torneo”, explicó tras firmar su tarjeta.
El buen resultado de López Ramírez en el US Open lleva aparejado también el mayor premio económico logrado hasta la fecha por una jugadora que hasta el verano pasado era amateur. La malagueña se embolsó 138.804 dólares, un buen botín, aunque lejos de los 2.400.000 $ que ganó la vencedora Stark o el 1.052.621 $ para cada una de las segundas (Nelly Korda y Rio Takeda). En el caso de Carolina Lopez-Chacarra, que acabó en un espectacular 36º puesto, no hubo premio económico pues aún es amateur, pero la madrileña sin duda dejó huella.
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