En el Augusta National, todo tan limpio, tan bien dispuesto, tan ordenado, gente para abrirte la puerta, chips en las acreditaciones, que te identifican en cuanto te sientas en un pupitre sin que el portador lo sepa, chaquetas verdes tan bien planchadas, va siendo hora de que aparezca un elemento transgresor.
Después de haber tenido campeones de todos los continentes, caucasianos, latinos, negros, alguna ascendencia de sangre hindú, asiáticos; luego de atletas y cuerpos poco moldeados, estaría bien alguien con una coleta. Como la de Cameron Smith.
El australiano, ganador este año de dos torneazos, el de Sentry Champions y el TPC, con las pilas cargadas porque volvió a su país, tras haber estado fuera de él dos años para la pandemia hace dos semanas y renunció a jugar el Mundial, estuvo a punto de quedarse en solitario al frente tras la primera jornada del Masters, pero en una actuación armónica -error de libro, magia. error de libro- cedió el liderato al coreano Sungjae Im, que disfrutó de la cabeza como lo hizo en noviembre de 2020 el primer día de la edición que ganó Dustin Johnson.
Como Fowler en 2013
Smith empezó el último, con un doble bogey, el peor tanteo en el hoyo 1 con otros tres golfistas, y acabó en el 18 con otro doble bogey para firmar 68 golpes, secuencia que sólo se había visto en el Masters en 2013 a cargo de Rickie Fowler con el mismo resultado. "No me lo repitan y así se me olvidará antes", dijo en la salida de prensa uno de los aspirantes a número 1 del mundo esta semana. Necesita ganar y tener a todos los demás fuera de los cinco primeros.
Entre medias fue una sinfonía de juego del chico del juego corto "asquerosamente bueno", como dice Lucas Herbert, también acompasada. Embocó cuatro birdies en cinco hoyos, entre el 5 y el 9, descansó dos y repitió entre el 12 y 16. Le sacó partido a tres de los cuatro pares 3.
En esas circunstancias, fue Im el airoso. Aunque sólo tiene 24 años ya ha ganado dos veces en el PGA Tour. Tiene una gran pegada. De hecho sacó cuatro golpes, un eagle incluido, uno de los cuatro del día, en los pares 5. Es el vigésimo sexto jugador del ránking mundial, casualmente el puesto que ocupaba como media el ganador del Masters de este siglo. Hideki Matsuyama, el campeón del año pasado era el 25 cuando se enfundó la chaqueta verde.
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