GOLF
PGA Championship Golf 2023

"Nunca quise ser millonario, sólo quise vivir como uno de ellos"

El PGA se celebra en Rochester, la casa de Walter Hagen, el primer golfista verdaderamente profesional

Walter Hagen juega un golpe en el Open Británico de 1922.
Walter Hagen juega un golpe en el Open Británico de 1922.GETTY IMAGES
Actualizado

El PGA Championship, el segundo grande de la temporada golfística, vuelve a Rochester, escenario de la Ryder Cup de 1995, y de seis majors, el último, el PGA Championship de 2013. Lo disputarán más de 150 golfistas, millonarios en gran número, con multitud de seguidores en Instagram y una aclamación social generalizada en los que cualquiera de los 30.000 espectadores que compondrán, a vista de dron, un mosaico de 18 riñones contorneados por la colorida hinchada, pagaría una fortuna por sentarse 30 minutos a su mesa.

No obstante, y en España se prolongó hasta los 70, hubo un tiempo que no fue así. Que los golfistas que defendían a sus clubes por un puñado de libras eran menospreciados por su condición social menor, en muchas ocasiones inmigrantes británicos, por sus equipaciones de menor valía y su aspecto desaliñado. Comían en la cocina, vetado su al comedor del club, entraban por la puerta de servicio. Y contra ello se rebeló Walter Hagen, de Rochester (21 de diciembre de 1892), el jugador que derrotó a la casta golfística.

Hijo de un herrero, aprendió pronto a jugar. Con 5 años tuvo su primer palo y a los 9 era empleado de la tienda del club de Rochester, donde barría el suelo cada día. También hacía de caddie por 10 centavos la hora. En los ratos libres se familiarizaba con un deporte en el que a los 11 años ya era capaz de romper la barrera de los 80 golpes. Tras renunciar al béisbol, pues tuvo oportunidad de jugar para Philadelphia Phillies, a los 20 años se hizo profesional.

2023-05-17-16843234454280

En su primer torneo, el US Open de 1913, fue cuarto a tres golpes del ganador en un evento donde recordó que lo trataron "a empujones". Prometió volver para ganarlo. No esperó mucho. Lo hizo al año siguiente. Fue el anuncio de una carrera fabulosa, en el que destacaron 11 grandes, dos US Open (1914 y 1919), cuatro Open Británicos (1922, 24, 28 y 29) y cinco PGAs, cuando éste se jugaba a match play, (1921, 1924, 25, 26 y 27). Esta última victoria se produjo después de haber abandonado repentinamente una excursión de pesca y sin haber tocado un palo en semanas. Un siglo después, sólo dos jugadores Jack Nicklaus (18) y Tiger Woods (14) han sumado más que Hagen y con un matiz: el Masters de Augusta no existía aún. En cambio, Walter ganó cinco Western Open, que era el gran torneo de la época.

Época dorada del deporte

Su eclosión sucedió en la época de los alegres años 20, un momento interesante para el deporte en general en Estados Unidos, la era de Joe Luis, Jack Dempsey, Babe Ruth, Johnny Weismuller, el momento en el que se edificó el Yankee Stadium y el Madison Square Garden fue reconstruido.

Su aspecto de 'bon vivant' y su elegancia rompió moldes en una época donde los golfistas profesionales no tenían un gran prestigio. Hagen siempre vio el golf como un gran negocio. Celebró numerosas exhibiciones por todo el país en busca de fortuna. Pero fue en Inglaterra donde más eco provocaron sus acciones. Especialmente cuando en el Open Británico de 1920, en Royal Cinque Ports, no se le permitió el a los vestuarios y decidió alquilar un lujoso Pierce-Arrow, el equivalente a un Rolls Royce, con chófer, para poder cambiarse y lo aparcó delante de la casa club.

Gracias a ti estamos cenando en un salón de celebraciones y no en un cuarto de los caddies

Arnold Palmer (a Hagen en 1967)

Alcanzado el eco de lo ocurrido en Estados Unidos, un mes después, en el US Open de Inverness (Toledo, Ohio) los profesionales pudieron entrar en la casa club por primera vez. Entre todos, por idea de Hagen, regalaron un gran reloj al club. "Yo nunca quise ser millonario, sólo quise vivir como uno de ellos", dejó como legado en la antología de frases del golf. Tuvo un representante y ayudó a evolucionar la firma de palos Wilson.

Porque él fue el primero. El primer golfista que ganó un millón de dólares porque era un extraordinario competidor. Y un tipo que igual que abrazó el dinero lo dilapidó. Nunca dejaba una propina por debajo de 20 dólares, llenaba bañeras de champán tras victorias, se hacía trajes caros como la sociedad que lo trató más adelante como uno de los suyos -incluído la realeza británica- o podía darle todo el premio íntegro del Open Británico de 1922 a su caddie.

Su confianza era su mejor arma. Cuentan que ni siquiera esperó a ver caer la bola en el último hoyo del British de 1922 para darse la vuelta y fue el griterío del público el que le confirmó que estaba en el agujero. O, de forma bravucona, exigió que fueran preparando un cheque de 3.000 libras que un socio había apostado en un club inglés contra él diciendo que no lograría igualar el récord del campo (68) cuando aún le quedaba por embocar un putt de 5 metros.

Un cáncer de laringe apagó en octubre de 1969 la llama del primer gran golfista mediático. Su figura permanece, su legado permite hoy a los golfistas "cenar en un salón de celebraciones y no en un cuarto de un caddie", como recordó Arnold Palmer dos años antes de su muerte en una cena homenaje. Fue un tipo extraordinario. Tanto que Hollywood no tuvo más remedio que reparar en él aunque sea en papeles secundarios cada vez que aborda el golf de los años 20.

PGA Championship Sólo 12 leyendas lo han logrado en los últimos 72 años y Jon Rahm quiere unirse a ellos
PGA Championship PGA Championship 2023: cuándo juega Jon Rahm y el resto de jugadores españoles
PGA Championship Jon Rahm nos habla del mayor reto de su carrera: "Es complicadísimo"

Comentarios

Danos tu opinión