Hemos citado en alguna ocasión que el deporte español no tiene 'minas de medallas', deportes en los que se sea siempre referente mundial y se pueda por tanto contar, con normalidad, con el éxito. Más bien ha sido obligado hacer, cuando se ha podido, prospección de talentos: ver quién tenía posibilidades de 'hacer algo' y brindarle medios. Con el tiempo algunos deportes han conseguido organizarse y optimizar sus recursos lo suficiente como para trabajar con regularidad pensando en el éxito y el máximo nivel pero, de todos modos, nunca se suele estar demasiado lejos de realizar 'ingeniería de la miseria'. La vela y el piragüismo son los 'casos de éxito', como se dice ahora, más claros del deporte español pero toda una medallista olímpica como Teresa Portela aún podía recordar con la medalla al cuello los tiempos en los que los palistas internacionales tenían que comprarse su propio uniforme de competición. Y ya habían empezado los tiempos de David Cal y Saúl Craviotto...
Claro que es que Teresa Portela ha vivido varias etapas del deporte español: del reciente, todas porque sus primeros éxitos llegaron con los primeros años del siglo XXI (podios en los Europeos y Mundiales de 2001) y cuando alcanzó su primera medalla olímpica, en Tokio 2020, ya llevaba otros cinco Juegos a sus espaldas: Sidney, Atenas, Pekin, Londres y Rio. En ellos no había logrado subir al podio pero, en cuanto a Mundiales y Europeos, tenía en sus vitrinas dos oros, seis platas y siete bronces en los primeros y siete oros, cuatro platas y seis bronces en los segundos.
En múltiples modalidades, aunque en lo que al final se acabó 'especializando' fue en el K1 200. Pero en los Juegos siempre se había quedado al borde del poción: En Londres 2012 fue cuarta, a sólo 198 milésimas del bronce. Además, tres quintos puestos, en Atenas 2004 -en K2 y K4 500 -, y en Pekín 2008 -K4 500-. Su ilusión en Tokio era despedirse de la mayor cita competitiva en el podio, aunque evidentemente conocía la dificultad de lograrlo. "Me gustaría conseguir una medalla, es el sueño de todo deportista. Pero con el tiempo, más allá de las medallas, he aprendido a valorar los cuartos puestos, y también los quintos. Los considero resultados muy importantes, porque valoro la complejidad de clasificar para unos Juegos", decía.
Por supuesto, sabía de lo que hablaba: llevaba subida a una piragua llevaba desde que los nueve años y empezó a palear como actividad veraniega en el club Ría de Aldán de Cangas, donde también creció deportivamente David Cal. A los 14 comenzó su carrera hacia el deporte de élite. A Río llegó 28 años más tarde, luchando por mantenerse competitiva en esos 200 metros, que exigen explosividad y cuando ya habían sido incluidos en el programa olímpico. En el Mundial de Szeged 2019 alcanzó su plaza olímpica con otro bronce en el K1 200. En la grada, entre su equipo, estaba su hija Naira, de cinco años. Ya era consciente de la importancia para su madre de una medalla que le daba el pase a unos sextos juegos tras los cuales, anunció, colgaría la pala.
Pero no lo hará: encontraremos de nuevo a Teresa Portela en París 2024 y, además, por fin con un metal olímpico colgado al cuello. "Me encuentro muy bien físicamente. No quiero dejarlo aquí", decía ya con la medalla en su poder. La de plata, porque la de K1 200 tenía dueña: una Lisa Carrington que ya batió el récord olímpico en semifinales y en la final marcó 38.127, 766 milésimas que Portela y 784 menos que la danesa Emma Aastrand tras un sprint sobre aguas algo intranquilas por el viento y las malas condiciones meteorológicas. Menos de dos centésimas, que fueron suficientes para Teresa.
Portela se movió con habilidad. Antes, se había colado en la final después de tras una reñida semifinal en la que acabó empatada en el cuarto lugar con la sueca Linnea Stensils. Así, hubo nueve finalistas en vez de las ocho habituales. Quizá fuera ese el motivo de que el cronometraje oficial no diera en primera instancia medalla a Teresa. Luego se solventó el error, claro... "Siento que he luchado y persistido. No me rendí nunca a pesar de mi carrera deportiva donde he tenido resultados buenos y malos. Siempre he intentado reponerme de todos los golpes. Quiero que esta medalla la disfrute toda la gente que ha estado conmigo durante tantos años de esfuerzo", declaró.
Años que han seguido, porque Taresa Portela confirmó su primera impresión posmedallista y estará en sus séptimos Juegos Olímpicos. Ojo: ha sumado a su palmarés una plata y un bronce mundialistas más...
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