JUEGOS OLÍMPICOS
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Alejandro Blanco: "El debate del deporte aún no ha calado en algunos políticos"

A 15 días para la inauguración de los Juegos, el presidente del Comité Olímpico Español visita MARCA para hablar de París en la última entrega del serial 'Desfile Olímpico'

Alejandro Blanco: "El debate del deporte aún no ha calado en algunos políticos"
FOTOS: APO CABALLERO
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Alejandro Blanco (Orense, 1950) dice siempre más de lo que habla, porque como buen gallego es capaz de domeñar el lenguaje y sus pausas intencionadas. Visto así, cada entrevista con el presidente del Comité Olímpico Español (COE) es como jugar al gato y el ratón, con la esperanza de 'cazar' algún titular que esté a la altura del personaje. Sin duda alguna, el interlocutor más válido que ofrece el deporte español a las puertas de los Juegos Olímpicos de París.

Después de casi 19 años en el cargo y nueve Juegos Olímpicos -cuatro de verano y cinco de invierno-, ¿se pone nervioso pensando en qué papel jugará España en París?
Como el primer día. Yo no diría nerviosismo sino inquietud, ganas, pasión e ilusión. Estás las 24 horas del día en tensión, esperando a que llegue la inauguración y que nuestros deportistas empiecen a competir en el mayor acontecimiento que se puede organizar a nivel mundial. Espero que esta sensación siempre me acompañe y nunca me abandone.
Rafa Nadal, Carlos Alcaraz, Jon Rahm, Aitana Bonmatí... No hay muchos países que puedan presumir de presentarse en París con estrellas tan mediáticas, ¿verdad?
Bueno, yo creo que nosotros somos el mejor país del mundo en deporte, o al menos en deportes mediáticos. Eso lo reflejó ya un estudio durante los Juegos de Río 2016. Y es verdad que a París llevaremos deportistas con una enorme repercusión mundial. Rafa, por ejemplo, es el más universal de todos y Carlos es la revolución. La foto de ambos jugando el dobles debería ser la imagen más icónica de estos Juegos. A París llegamos con muchas opciones de medalla y unos deportistas verdaderamente excepcionales y luego la competición nos pondrá en nuestro sitio.
España va a París con la segunda delegación más numerosa de su historia -sobre 380 unidades-, sólo superada por los 421 deportistas de Barcelona 1992. ¿Cómo decide Alejandro Blanco a qué competiciones debe acudir cada día? Porque a veces debe ser casi un cara o cruz.
Nosotros nos reunimos la noche anterior y vemos la participación española y sus posibilidades del día siguiente. ¿Cuál es el problema? Que lo preparas perfectamente sobre el papel y a media mañana ya se ha descuadrado porque a veces pierde el que pensabas que iba a debutar ganando y pasa el que creías que tenía menos posibilidades. A veces sufres mucho porque no eres capaz de llegar a todos los deportes y en estos Juegos tendremos la dificultad añadida de que hay muchas sedes fuera de París.

A París llegamos con muchas opciones de medalla y unos deportistas verdaderamente excepcionales y luego la competición nos pondrá en nuestro sitio

Alejandro Blanco
Si pudiera elegir un oro español para estos Juegos, ¿con cuál se quedaría?
Con cualquiera. Las emociones están con todo el mundo, de verdad. No es una respuesta diplomática, es lo que siento. Lo bueno que tiene el presidente del Comité Olímpico Español es que llora con cualquier oro, cualquier plata, cualquier bronce o incluso cualquier participación. Yo no he podido participar en unos Juegos Olímpicos -como judoka, Blanco llegó a ser cinturón 7º DAN y ejerció como entrenador y árbitro- y considero que los que llegan son seres especiales. Por eso, incluso cuando el deportista pierde, es para darle un abrazo y decirle gracias por permitirme acompañarle en esos momentos.
Bajo su mandato, ¿qué medalla olímpica le ha hecho más ilusión?
Nunca pondría una medalla por encima de otra porque cada una tiene su historia y son momentos mágicos. De hecho, no me olvido de las tres que viví como presidente de la Federación de Judo en Atlanta 1996 o del oro de Isabel Fernández en Sidney 2000.
Hablando de judo, la primera opción seria de medalla la tiene Fran Garrigós, que compite el primer día (27 de julio) en la categoría de -60 kilos. ¿Qué importancia tiene empezar bien unos Juegos?
El ganar una medalla el primer día crea una sensación de optimismo entre los deportistas pero he estado en Juegos donde la logras el primer día y Juegos donde tardas tres y en esos casos alguna gente, que no los deportistas, se pone nerviosa. Fran (Garrigós) ha estado número uno del ranking durante bastante tiempo y tiene muchísimas posibilidades de sacar esa medalla que crearía ese clima de optimismo, pero si miramos la estadística el mayor número de medallas siempre es en la segunda semana.
Viniendo del judo y con una sequía que dura ya desde Sidney 2000, le hará especial ilusión que caiga al fin una medalla, ¿no?
Creo que la competición ha sido 'injusta' con España porque en los últimos Juegos se han disputado varias medallas que se han perdido en la técnica de oro. Creo que sí, que el judo español se merece una medalla. Va una expedición muy numerosa, con tres o cuatro posibilidades muy fuertes, y ojalá que se logre esa medalla, empezando lógicamente por Fran.
No cabe duda de que Támara Echegoyen será una gran y merecida abanderada el próximo 26 de julio. Dicho esto, ¿se barajó hasta el último momento la candidatura de Carolina Marín?
Como es bien sabido, hubo una gran polémica antes de los Juegos de Atenas y desde entonces nosotros tenemos un criterio objetivo. El abanderado o abanderada es el deportista más laureado y en caso de empate a medallas, el que tenga más participaciones. Claro que se valoró el nombre de Carolina, al igual que el de Fátima Gálvez. La onubense es uno de los grandes referentes del deporte español y mundial pero más allá de los méritos, no le puedes pedir a una deportista que compite al día siguiente que esté siete horas en una ceremonia.
Algunos países como Estados Unidos van a poner aire acondicionado a sus atletas en la Villa Olímpica. ¿El COE se lo ha planteado?
No es que nos lo hayamos planteado es que tenemos los aparatos comprados desde hace más de dos meses. El comité organizador de los Juegos ha instalado un sistema radial en el que el aire sale del suelo y ahora hay que ver si la estructura de los edificios y el sistema eléctrico permiten la instalación extra de esos aparatos de aire acondicionado. Lo que sí puedo asegurar es que nosotros tenemos todo preparado para que nuestros deportistas estén en las mejores condiciones.
Saúl Craviotto puede ganar su sexta medalla olímpica en París y si encima es de oro, sería el primer deportista español con tres títulos olímpicos. El asunto es que hay hasta 228 deportistas que han ganado cuatro o más oros en la historia de los Juegos, sumando los de verano e invierno. Eso nos dice que nos falta una gran estrella olímpica como sí tenemos fuera de los Juegos con Nadal, Ballesteros o Indurain. ¿Es quizás la gran deuda de nuestro deporte olímpico?
Hay que darnos tiempo. Hasta Barcelona'92, sacar un oro era como una quimera y a partir de ahí nos hemos acostumbrado. De todos modos, creo que el principal éxito de un país es el número de clasificados y nosotros vamos a llevar a París a 380 deportistas y diez equipos. El siguiente dato a valorar, más allá de las medallas, es el número de diplomas al que aspiras y nosotros vamos con unas grandes expectativas. Estar entre los ocho primeros en unos Juegos tiene un valor incalculable. De todos modos, tener seis medallas, que es a lo que aspira Saúl en estos Juegos, es algo extraordinario.

No es justo excluir a un deportista de los Juegos por su país de origen

Alejandro Blanco
En Barcelona hubo 257 eventos y en París esa cifra sube hasta los 329. Visto así, el número de medallas no debería ser totalmente equiparable. Lo decimos por esa especie de obsesión nacional de batir el récord de los 22 metales conseguidos en la capital catalana.
Digamos que mi listón inferior son esas 22 medallas porque llevamos un equipo muy fuerte. Yo recojo las opiniones de los deportistas, los técnicos y los presidentes de las federaciones y los últimos resultados nos permiten soñar con superar Barcelona, pero también soy consciente de que la competición te coloca en tu sitio. Puedes ir con muchas posibilidades de medallas que teóricamente tienen que salir y cuando llega la competición, ese día no salen.
En Tokio 2020, Italia de repente hizo un boom. ¿España puede aspirar a eso?
Claro que puede, y ahora en París se dan las condiciones para que exista, pero tienen que juntarse muchas cosas. La competición tiene que salir bien porque tú puedes ir con 30 posibilidades de medalla pero normalmente un 25 por ciento se te caen. Es decir, cuando terminen los Juegos y si todo ha salido bien, superaremos ampliamente ese techo de 22 medallas pero en cualquier caso debe ser una cifra desde la que partir.
Más allá del número de medallas que nuestro equipo gane este verano en París, ¿cuál debería ser el objetivo del deporte español en los Juegos Olímpicos a medio y largo plazo?
Para mí el gran debate es qué queremos que sea el deporte español porque cuando nos comparamos con países como Italia o Alemania, que consiguen unos resultados extraordinarios, algunos no se fijan en su modelo deportivo. No nos podemos comparar con otras naciones si no tenemos los mismos medios. Cuando volvamos de París, en vez de valorar las medallas y los diplomas conseguidos lo que hay que valorar es el cociente entre resultados e inversión. Ese debate no ha calado aún del todo entre algunos de nuestros representantes políticos por mucho que el deporte sea más importante que nunca en España. ¿Por qué no lo ligamos a la educación, la integración, la investigación, la industria y la representación de España? Si somos capaces de entender eso, a partir de ahí nuestros deportistas tendrán muchos más medios.
Además está el fenómeno de la integración, tanto de hijos de inmigrantes como nacionalizados, que es evidente si comparas el equipo que llevamos a París con el de hace 20 años. Eso es un gran avance, ¿no?
Por supuesto. Pero es que además reto a que alguien me diga algo más integrador que el deporte en España, algo que sea tan igualitario. El factor integrador del deporte en nuestro país es extraordinario y se aprecia en muchos jóvenes, cuyos padres son de otros países, que están dándonos ya grandes resultados.

Los últimos resultados nos permiten soñar con superar Barcelona, pero soy consciente de que la competición te coloca en tu sitio

Alejandro Blanco
Más allá de la creación del Team España, que sin duda es un paso en la dirección correcta, países como Canadá, Italia, Australia, Gran Bretaña o Países Bajos tienen muy claro su modelo olímpico y apuestan por una estrategia común suprafederativa mientras que España es un reino de taifas con federaciones que funcionan muy bien y otras que no hacen los deberes. ¿Qué puede hacer el COE para que esto no sea así, para crear esa visión global de nuestro deporte?
Bueno, vamos por partes. Sólo tres federaciones españolas, porque estamos pendientes de una invitación en halterofilia, no van a llevar deportistas a estos Juegos y eso es un dato espectacular. En esos países nombrados, el deporte de alto nivel está en manos de su comité olímpico. El gobierno legisla y aporta un dinero público pero la planificación recae en el comité por lo que hay más estabilidad y más posibilidades de hacer una programación a corto, medio y largo plazo. A eso le sumamos que tienen más medios que nuestro deporte lo que les concede una ventaja de salida. En el deporte no hay mucho que inventar. Lo que hay que hacer es ver lo que queremos, lo que tenemos y hacia dónde vamos. Yo creo que lo importante es tener un objetivo a 30 años. Queremos llegar aquí y a partir de ahí poner los medios para recorrer ese camino. Si somos capaces de hacerlo, los resultados se multiplicarán.
Si hablamos de inversión pensando en mejorar los resultados, ¿debemos apostar porque sea inteligente o democrática?
La inversión en el deporte tiene que ser democrática, por una parte, e inteligente, por la otra. Es decir, no tendremos alto nivel si no somos capaces de tener una estructura maravillosa que permita fomentar la base y, a partir de ahí, detectar el talento. Luego, la inversión en el alto nivel debe ser muy inteligente y ver en qué disciplinas tenemos más posibilidades para invertir más o menos.
En estas mismas páginas, usted le puso "un 10" a la actuación española en Tokio, donde pasamos de los siete oros en Río a tres y del puesto 14 al 22 en el medallero. ¿No le parece que refleja cierta falta de autocrítica?
Bueno, yo creo que la autocrítica la hace todo el mundo, pero si lo miras por el número de medallas, la estadística de los últimos Juegos, entre 17 y 19, se mantuvo. Si te fijas sólo en los oros te puedes encontrar con países que sólo dominan un deporte y al final aparecen por encima de nosotros en el medallero, en una clasificación irreal que tiene algo de injusta. Yo, la verdad, prefiero quedarme con menos oros, más medallas y abarcar muchos deportes.
¿Le preocupan las denuncias sobre irregularidades en las elecciones de varias federaciones? Sin ir más lejos, Jesús Castellanos, presidente de la de Taekowndo, se tendrá que sentar en el banquillo de los acusados por presuntos delitos de fraude de subvenciones, falsedad documental y istración desleal.
Nadie puede aplaudir este tipo de situaciones pero hay una cosa en la que yo insisto mucho, que es la presunción de inocencia. Luego dicen que yo defiendo a los presidentes, que es verdad. No es que sea mi obligación, es que es mi devoción defenderles, excepto cuando se demuestra que han cometido un error. Jesús -Castellanos, presidente de la Federación Española de Taekwondo- tiene un apoyo de más del 95% en todas las elecciones y los resultados del taekwondo español en todas las categorías están ahí. Tiene unas denuncias que lo han llevado al juzgado. Esperemos a que resuelva el juzgado y no tomemos nosotros medidas ni hagamos juicios de valor cuando no sabemos lo que va a ocurrir.
Para usted, ¿todos los oros olímpicos valen lo mismo? ¿Es equiparable ser la mujer más rápida de la tierra con colgarse la medalla dorada en breaking este verano?
Los dos son campeones olímpicos y yo no soy capaz de diferenciar un oro de otro. Hay deportes que tienen muchas federaciones nacionales y millones de practicantes y otros que tienen menos, pero al final ser oro olímpico en cualquier disciplina sólo está al alcance de los elegidos.
El anterior presidente de la Federación Española de Atletismo, José María Odriozola, dijo en MARCA durante los recientes Europeos de Roma que le gustaría que se vetara la presencia de Israel en los Juegos porque ha cometido atrocidades en la Franja de Gaza parecidas a las rusas en Ucrania. ¿Qué opina al respecto?
Que eso sería un error. Los Juegos Olímpicos son un punto de encuentro y diálogo que ven miles de millones de personas en todo el mundo. Si tienes que excluir a un deportista, que sea a nivel individual y por algo que haya hecho relacionado con el dopaje o porque haya hecho declaraciones o cometido actos que van en contra de los valores del deporte y la Carta olímpica. Pero yo no veo que sea razonable ni justo excluir a un deportista por su origen. Hemos presumido siempre de la tregua olímpica y de ser un punto de encuentro. Hemos visto, a lo largo de los años, a deportistas de países que están en confrontación enfrentándose sin ningún problema. Por eso prefiero hablar del deporte como herramienta de integración, inclusión e igualdad.
Otro tema interesante es el de los menores de edad que participan en los Juegos porque en deportes como el skate vemos a niños y niñas de 13 años. Chicos y chicas que entran en un mundo como el de la competición, que es muy bonito pero que también encierra una perversión de presión psicológica. ¿Se ha planteado el COI regularlo con un límite de edad?
Es una reflexión importantísima que hay que estudiar y el movimiento olímpico, me consta, está en ello. Cuando llegas al máximo nivel, antes hay que pasar unos escalones no sólo competitivos sino también en cuanto a madurez. No olvidemos que estamos hablando de gente muy joven que quiere ser la mejor del mundo.
¿Se ha aprendido ya las reglas del flag football y el lacrosse pensando en Los Angeles 2028?
Eso no toca ahora que estamos centrados en París 2024.
¿Seguirá siendo entonces presidente del COE?
Estamos hablando de París y yo vivo el día a día. Ahora estoy centrado totalmente en estos Juegos y cuando terminen creo que me merezco unos días de vacaciones. A la vuelta, en septiembre, será el momento de hacer una reflexión y ver qué nos depara el futuro pero créame si le digo que no le dedico ni un segundo de mi tiempo a pensar en ello.
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